Bogotá, 30 de abril de 2025. (Foto Archivo Unimedios) El cabello es mucho más que un adorno estético: es una estructura viva que nace en lo más profundo de la piel, en pequeños órganos llamados folículos pilosos. Cada hebra crece a partir de una matriz celular en constante multiplicación, en donde las células se llenan de queratina —una proteína resistente— y ascienden hasta emerger al exterior ya endurecidas.
Dicho filamento, compuesto principalmente de proteínas y agua, cumple funciones vitales: protege la cabeza del sol y de agresiones externas, regula la temperatura y actúa como una barrera sensorial. Además guarda una memoria biológica única, capaz de registrar hormonas, minerales y huellas del entorno, convirtiéndose en un archivo silencioso de nuestra historia corporal y emocional.
La médica María Paula Morales Vargas, magíster en Fisiología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), decidió buscar las huellas del estrés crónico no en el corazón ni en la mente, sino en el cabello. Para ello analizó muestras capilares de 80 estudiantes de Medicina de la UNAL, capturando una “radiografía emocional” de su vida académica y sus maratónicas jornadas de transporte público.
Cada centímetro de cabello almacena cerca de un mes de actividad hormonal. Estudiando 2 cm de la raíz, la experta Morales consiguió “leer”, como en un archivo biológico, las tensiones, angustias y rutinas que enfrentan estos futuros médicos mientras atraviesan Bogotá.
Los resultados dibujaron un mapa inquietante: las mujeres registraron niveles más altos y variables de cortisol, una hormona liberada ante el estrés. Además, los estudiantes que tardaban más de 2 horas en llegar al campus, especialmente desde localidades como Bosa y Usme, al extremo sur de la ciudad, exhibían mayor desgaste biológico. Para muchos la universidad empieza en la estación de TransMilenio y no en el salón de clases.
“El estrés no se queda atrapado en los malos ratos. Se adhiere a nosotros, se acumula, y silenciosamente moldea nuestro cuerpo. Aunque el tráfico no nos haga correr de un depredador, sí activa los mismos mecanismos ancestrales de lucha o huida que alguna vez nos salvaron la vida”, señala la investigadora.
Los casos individuales cuentan historias aún más duras, como la de un estudiante que sale de su casa a las 5 a. m. y regresa pasadas las 9 p. m., sobreviviendo con pocas horas de sueño; incluso antes de iniciar las clases su cabello delataba un estrés intenso, huella de un episodio vivido en vacaciones.
Vínculo entre grasa abdominal y niveles de estrés
La investigación reveló además una conexión entre el estrés y la distribución de grasa corporal: los estudiantes con mayores índices de cintura-talla tendían a acumular más cortisol, mostrando que la presión cotidiana pesa no solo en la mente sino también en el metabolismo.
Para medir estos rastros invisibles, el cabello se cortó cuidadosamente, se lavó, pulverizó y sometió a un delicado proceso químico en el Laboratorio de Fisiología de la Facultad de Medicina. La técnica, conocida como ensayo inmunoenzimático tipo ELISA, permitió detectar con una precisión milimétrica el cortisol incrustado en la matriz capilar.
Así, el cabello se erigió como testigo silencioso de un enemigo sigiloso: el estrés que no se grita, pero que perfora la salud a largo plazo. La magíster Morales advierte que aunque este es una respuesta adaptativa esencial, vivir atrapados en un estado de alerta constante —entre paraderos, trancones y horarios imposibles— convierte el cortisol en un verdugo capaz de sembrar desde trastornos del sueño hasta enfermedades cardiovasculares, depresión y deterioro cognitivo.
Este es el primer estudio en Colombia en medir estrés crónico a través del cabello en una población universitaria. Los hallazgos no solo aportan a la fisiología, sino que además invitan a pensar en los costos invisibles que implica movilizarse día tras día en una ciudad desigual en el acceso y el tiempo de transporte, porque en Bogotá el estrés no solo viaja en el bolsillo o en la cabeza, sino que también lo hace entrelazado en cada hebra de cabello.