En servicio primer radar aéreo con energía solar

Santiago de Chile, 24 de abril del 2024. La Dirección General de Aeronáutica Civil – DGAC, institución púbica encargada de normar y fiscalizar la actividad aérea que se desarrolla dentro del espacio aéreo controlado por Chile, y la firma Thales, expertaen tecnologías avanzadas, inauguraron la primera estación radar del mundo alimentada en un 100% por energía sostenible en Calama, Región de Antofagasta.

La estación de control de tráfico aéreo, que ya está operativa, es conformada por un avanzado y eficiente radar de vigilancia primario STAR NG y un radar de vigilancia secundario RSM Modo S. Combinados, aseguran la vigilancia operativa para el control del tráfico aéreo civil. Esta innovación tecnológica sitúa a Chile a la vanguardia de las iniciativas sostenibles dentro de la industria de la aviación civil y permite aumentar significativamente la seguridad y la eficiencia de las operaciones aéreas en el norte de Chile.

Alimentada por energía solar, la estación de tráfico aéreo cuenta con 340 paneles solares para aprovechar al máximo los altos niveles de radiación solar de la región y tiene una capacidad máxima de generación de energía de aproximadamente 960 kWh al día, cubriendo una superficie de 10.000 m2, permitiendo un impacto ambiental positivo. Además de los paneles solares, el sistema incluye el uso eficiente de la energía y una avanzada tecnología de baterías y generadores de reserva para asegurar el funcionamiento general de la estación y salvaguardarse ante posibles cortes de energía o disponibilidad limitada de las fuentes regulares.

Como parte del compromiso de Thales y la DGAC con los objetivos ESG, las empresas también se esforzaron por garantizar la preservación de los yacimientos arqueológicos de la región. Con la autorización de los pueblos originarios, los sitios recibieron una demarcación especial que preserva la historia y la memoria del lugar para una convivencia más respetuosa y armoniosa.

Para poder hacer este hito posible trabajaron en conjunto tres países, Francia, Chile y Brasil, alrededor de 30 personas distribuidas entre DGAC, Thales y Clemar, empresa brasileña, parte del consorcio proveedora de la infraestructura civil, o que se generó empleo para otras 300 personas que habitan la región, que se desempeñaron como proveedores y colaboradores.