Manizales, febrero 7 de 2024. Con una extensión de 1.528 kilómetros, el río Magdalena fue declarado Monumento Nacional en 1959 y Patrimonio de la Humanidad en 1995. Pese al protagonismo histórico que le ha hecho merecedor de tales títulos, existe una seria preocupación por su salud. La Cátedra Nacional “Pacto de país por el río Grande de la Magdalena”, liderada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, que se inaugura hoy, abordará su valor simbólico, cultural, medioambiental, económico y social en 16 sesiones a las que ha convocado expertos nacionales e internacionales.
El río Yuma, como lo llamaban los muiscas, ha dejado de ser sostenible, ya que sus recursos no perduran en el tiempo porque es mayor la demanda que lo que puede ofrecer. Aspectos como la caza incontrolada de especies, la tala indiscriminada, la industrialización de la pesca, el vertimiento inadecuado de basuras y materiales de construcción, y la falta de plantas de tratamiento de aguas residuales los asfixian desde hace décadas, a tal punto que en julio de 2023 fue declarado como “sujeto de derechos” para que se efectúen todas las acciones tendientes a su protección, y para mitigar el impacto ambiental.
El profesor Fabio Rincón Cardona, de la Facultad de Administración y director la Cátedra Nacional “Pacto de país por el río Grande de la Magdalena”, que se realizará de manera virtual desde la UNAL Sede Manizales, afirma que este afluente se ha estudiado por años, no es la primera vez, y su situación está sobrediagnosticada; ahora el reto es actuar con las comunidades y las entidades, porque la responsabilidad de su preservación es de todos”.
“Este pacto de país por el río Magdalena permitirá vincular tanto a entidades públicas y privadas como a profesionales de todas las áreas del conocimiento para que se pueda construir y contribuir con nuevas estrategias que generen conciencia real sobre la urgencia que implica el cuidado de los ríos, y del Magdalena en concreto”, agrega.
El geólogo Germán Vargas Cuervo, profesor de la UNAL Sede Bogotá, quien ha estudiado este río por más de 30 años, menciona un aspecto fundamental para abrir la Cátedra, y es la comprensión de la dinámica natural del río.
“La mayoría de las afectaciones al cauce son intencionadas, solo en algunos casos son naturales; por ejemplo, cuando ocurren desbordamientos de la cuenca suelen construirse barreras de contención, pero estas también alteran las dinámicas del río en un futuro, al otro lado de la orilla o más abajo; otro claro ejemplo es la adecuación de represas, que aunque proporcionan energía a las viviendas, también retienen el líquido afectando todo un ecosistema que dependía de ello, y es necesario interpretar la lectura de qué es desarrollo”, anota el investigador.
El profesor Gonzalo Duque Escobar, ingeniero civil experto en geología y mecánica de suelos, y quien estará a cargo de una de las sesiones de la Cátedra, señala que “la cuenca del Magdalena tiene una solemne representación cultural y social en el país, es la conectividad entre los municipios aguas abajo”.“La Cátedra es un espacio de pensamiento crítico que invita precisamente a reflexionar, pues se debe dejar de pensar la cuenca como un espacio geográfico, ya que es más que eso: es vida, es desarrollo que se debe seguir conservando”, destaca el académico.
La Cátedra se enmarcará en cuatro pilares fundamentales: (i) Introducción, (ii) Procesos e historicidad, (iii) Influencias en estudio, y (iv) Mejoras y propuestas para la recuperación del Magdalena.
Además contará con la participación de expertos de la UNAL, el Centro de Pensamiento río Magdalena, el Museo del Río, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el Banco de la República, el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la UNAL, el Atlántico Movimiento Ambiental (AMA) y la Universidad del Atlántico, entre otras importantes entidades.