Impacto del cierre de la vía al Llano va más allá del abastecimiento alimentario

Aunque la carretera principal fue reabierta, el efecto negativo generado por los cierres intermitentes se podría sentir y extender a lo que resta del año e impactar el PIB, el empleo y presionar la inflación.  

El análisis sobre el impacto de la crisis generada por el cierre de la vía entre Bogotá y Villavicencio se ha concentrado en el abastecimiento alimentario, aspecto primordial para los ciudadanos. Sin embargo, más allá del grave hecho de enfrentar una escasez de alimentos en ciertos productos, en ambos lados, existen diversas situaciones que impactan la vida de quienes viven en las dos ciudades y en el vecindario.

Personas enfermas que deben ser trasladadas a Bogotá para atención especializada, ciudadanos que viven del comercio en la vía, empleados que se quedaron en el lado contrario de sus sedes laborales, aspirantes a un puesto de trabajo que deben presentarse en los próximos días, traslado de materiales de construcción y materias primas para diversas actividades productivas, movilización de combustibles, ciudadanos que han hecho reservas en hoteles de Villavicencio y el Llano para estos días y traslado de personas que tienen compromisos de diferente tipo en ambas ciudades y municipios, viven su propio drama por culpa del cierre de la vía.

Y lo peor, la opción de viajar en avión está complicada debido a la alta demanda, que incluso ha generado un incremento desmedido e injustificado de los precios de los tiquetes. No existe un solo factor que altere los costos en los que incurren las aerolíneas por volar entre las dos ciudades, como para justificar el aumento del valor de los pasajes. Es más, el incremento es de tal magnitud, que las cuentas hechas por los medios de comunicación indican que un tiquete de ida y regreso a Villavicencio, vale lo mis o que ir a Miami. Es bueno recordarles a las aerolíneas que sus costos de operación son los mismos, esté abierto o cerrada la carretera.

Sobre este tema hay un agravante: cuando se les ha preguntado a las autoridades de transporte sobre por qué no le ponen freno a estas alzas, responden que el sector aéreo se rige por la ley de la oferta y la demanda, y que las aerolíneas pueden fijar sus precios libremente, para estimular la sana competencia. La verdad, lo que está sucediendo es que la competencia la están ejerciendo contra los usuarios del transporte aéreo y no entre las empresas del sector.   

El impacto del cierre del acceso terrestre a Villavo es grave por donde se le mire. Bogotá y el centro del país viven del Llano y viceversa, no solamente en materia alimenticia sino en muchas otras actividades, por lo que el país debe prepararse para pagar los costos inmediatos de esta emergencia y la factura que llegará en lo que resta del presente año.

Alimentos: unos van y otros vienen

Los Llanos Orientales colombianos son la despensa de buena parte de los alimentos que demanda el centro del país, especialmente Bogotá. El Meta es el mayor productor de arroz y aceite de palma en Colombia. También abastece de carnes de res, cerdo, pollo y pescado a la capital del país y su área metropolitana. A ellos se suma la oferta de plátano, yuca y frutales.

Pero el problema no es solamente del lado de Bogotá. El altiplano cundiboyacense también es la despensa alimentaria de Villavicencio y los Llanos Orientales. A esa región han dejado de llegar alimentos frescos que se producen en clima frío, como papa, verduras, hortalizas y algunos frutales. Además, existen alimentos procesados que despachan a esa zona las industrias ubicadas en Bogotá (Aceites comestibles, lácteos, café, pastas, granos, sal, azúcar, chocolate, harinas y enlatados, entre muchos más productos procesados.    

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