Por fin, los consumidores colombianos tendrán un respiro a la hora de comprar alimentos. La mayoría de los productos están en cosecha y sus precios por debajo de los registrados en el último año.
Lo anterior significa que la inflación de alimentos bajó en junio y continuará haciéndolo en julio, lo que constituye un beneficio para los hogares. En mayo pasado descendieron por tercer mes consecutivo, al ubicarse en 15,66% en los últimos 12 meses.
Sin embargo, lo que ahora es barato le pueda salir caro al país al finalizar el año, porque si los agricultores se quiebran dejan de producir y la oferta de productos disminuirá, generando una nueva reacción de los precios, en contra de los consumidores.
Por eso, los productores de arroz le están pidiendo que el Gobierno les otorgue un subsidio al almacenamiento de la actual cosecha, con el fin de que la totalidad de la producción del primer semestre de este año no salga al mercado, porque eso quiebra los precios e impacta la rentabilidad de los cultivadores.
En opinión de los arroceros, la idea es regular la oferta del grano y hacer que los consumidores paguen un valor razonable por este producto, sin quebrar a los productores.
Igual sucede con los cultivadores de papa, frutas, verduras, hortalizas, leche y carnes de res, pollo, cerdo, pescado, huevos y las materias primas para la industria procesadora de alimentos.