Ni el Gobierno ni las empresas petroleras están diciendo nada que no sea cierto frente a la desaceleración de la actividad petrolera colombiana. A pesar de que algunos funcionarios del Gobierno hayan bajado el tono hostil de su discurso contra la exploración y explotación de petróleo en el país, las cifras indican que Colombia ha comenzado a presentar un declive en los negocios y el trabajo de campo del sector.
Aunque la producción de crudo venía creciendo a abril pasado (782.900 barriles diarios, último dato disponible), la Cámara Colombiana de Bienes & Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol), reportó que en agosto pasado hubo un descenso de 30 taladros activos. Las cifras reveladas por esa organización indican que en el octavo mes del 2023 se reportaron 121 taladros activos (39 de perforación y 82 de reacondicionamiento), lo que equivale a una disminución de 19,9 % respecto a igual mes de 2022.
De acuerdo con Campetrol, en julio pasado también se reportó una baja, con siete equipos menos. En promedio, en lo que va corrido del 2023 ha habido 132 equipos activos. Al comparar este dato con el del mismo periodo del 2022, se evidenciando una disminución de 5,7 %, es decir, ocho equipos menos.
Los expertos aseguran que la reducción del número de taladros activos es una señal negativa para la actividad a mediano plazo.
Campetrol proyecta para los próximos tres meses de 121, 120 y 119 taladros activos totales en agosto, septiembre y octubre, respectivamente, lo que confirma la tendencia a la baja.