Cartagena, 14 de marzo de 2024. En el marco de la Asamblea General de Afiliados de Camacol Bolívar,
el presidente ejecutivo de Camacol, Guillermo Herrera, presentó las cifras de Coordenada Urbana con corte a febrero de 2024.
Para los primeros dos meses del año, el sistema de información de Camacol registró la venta de 20.285 viviendas, lo que representa una contracción de 24,5 % frente al primer bimestre de 2023. La vivienda de
interés social (VIS) acumuló 20 meses consecutivos de contracciones, mientras que las iniciaciones completaron 12 meses consecutivos de nvariaciones negativas.
“Nos preocupa la persistencia de las caídas en los indicadores comerciales. Seguimos registrando variaciones negativas pronunciadas, a pesar de que nos comparamos con 2023 que fue un año malo en términos comerciales”, señaló Herrera, quien agregó que, tal como venía anunciando Camacol hace meses, los inicios de nuevas obras empiezan a mostrar mayores niveles de deterioro.
“Los inicios de obra son el indicador que más cae en lo corrido de 2024 y, por eso, revertir esta tendencia es fundamental para evitar que la generación de empleo, que presenta reducciones desde 2023, se siga afectando”, señaló el presidente ejecutivo de Camacol, quien instó a generar estrategias para que el sector retome una senda de crecimiento con miras al cumplimiento de los objetivos de largo plazo de la política de vivienda.
Hay que aumentar el inicio de obras
La reducción en los niveles de actividad limita la capacidad del sector para atender el déficit habitacional y se traducen en mayor informalidad en las ciudades. De esta manera, incrementar los niveles de obra es
fundamental para garantizar un desarrollo urbano sostenible acorde con las necesidades la población.
Para Herrera, un país con la dinámica poblacional de Colombia requiere de un sector constructor que tenga la capacidad de superar las 250 mil viviendas iniciadas por año. Actualmente, la cifra se ubica por debajo de las 130 mil unidades, lo cual es a todas luces insuficiente para cubrir la formación de hogares, que se estima en cerca de 370 mil por año, y atender el déficit cuantitativo de vivienda que afecta a cerca de 1,3 millones de hogares.
“Una población dinámica requiere de un sector de la construcción que amplíe su producción en el tiempo y de instrumentos de política que permitan que cada vez más colombianos puedan ser propietarios”,
apuntó Herrera, quien además indicó que Colombia necesita incrementar su inversión pública en vivienda como porcentaje del gasto social en lugar de limitarlo.
El dirigente gremial también destacó el papel de los empresarios de la construcción y la amplia oferta de vivienda en el país, que hoy registra cerca de 170 mil unidades disponibles para la venta. Así mismo, durante la intervención exaltó el apoyo de la banca, que en los últimos meses ha venido promoviendo reducciones importantes en las tasas de interés para adquisición de vivienda, gracias a las mejores perspectivas de liquidez. Sin embargo, enfatizó en que el potencial de reactivación derivado exclusivamente de la reducción en las tasas de interés es limitado, de manera que será necesario impulsar programas públicos de vivienda, a nivel nacional y local, para generar una reactivación pronta y efectiva.