En 2032 Colombia tendría 1,6 millones de teletrabajadores

Actualmente, el país tiene unas 700.000 personas laborando en la modalidad de teletrabajo. La cifra va en aumento y eso reduce la demanda energética y las emisiones de o dióxido de carbono del transporte.

En Colombia el teletrabajo se concibe como “una forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo”. Según el Ministerio del Trabajo, este se rige por la Ley 221 de 2008 y el Decreto 884 de 2012 que la reglamenta.

Entre 2012 y 2018, cerca del 15,8 % de las organizaciones del país se encontraban teletrabajando. Durante la pandemia por COVID-19 se llegó al 54,2 %, y en 2022 se pasó al 19,1 %, detalla la investigación.

En su investigación, Alejandro Silva Cortés, estudiante del Doctorado en Ingeniería – Industria y Organizaciones de la UNAL Sede Medellín, usó información recopilada entre 2012 y 2022 para simular escenarios que permitieran evaluar la adopción del teletrabajo en Colombia a 2032.El estudio partió del hecho de que todas las entidades son potenciales adoptantes, independientemente de si han tenido experiencias o no con el teletrabajo. Según los datos recopilados, alrededor de 90.000 organizaciones en el país tienen posibilidades de adoptar esta modalidad.

“Los datos de estas empresas potenciales se validaron con información disponible en diferentes estadísticas del país y se contrastaron matemáticamente con un modelo de simulación, para que este fuera acorde con lo observado en la realidad”.

“Las dos fuentes de información primaria son muy escuetas: la primera es la página teletrabajo.gov.co, en donde se encuesta a personas y empresas; sin embargo, los datos no son tan representativos. También se usó información de las Encuestas de Pulso Social del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la cual tiene datos sobre el teletrabajo a partir de 2021”, explica el tesista.

Simulación y proyecciones

Además, para evaluar la evolución del teletrabajo se encuestaron 72 directivos con poder de decisión sobre la adopción de esta modalidad laboral en sus áreas u organizaciones, y a través del modelamiento de ecuaciones estructurales (SEM) se examinaron los cambios en el tiempo de los factores que influyen en la decisión de adoptar el teletrabajo y los impactos de esta intención.

“Aprovechando los datos y muestras que obtuve durante mi Maestría en Ingeniería Administrativa, antes de la pandemia, hice un segundo muestreo para examinar el cambio en el tiempo y los factores y efectos sobre la intención del uso del teletrabajo por parte de las organizaciones”, explica el investigador.

Después adaptó el modelo de dinámica de sistemas de difusión de Bass para simular la adopción organizacional e individual del teletrabajo y sus impactos sobre la sostenibilidad ambiental, tomando como indicadores el consumo energético y las emisiones de CO2 equivalente (medida universal de medición utilizada para indicar la posibilidad de calentamiento global de cada uno de los gases con efecto invernadero) del sector transporte.

“Durante el desarrollo del estudio se evidenciaron cambios en el tiempo de las percepciones en los empresarios sobre el teletrabajo antes y después de la pandemia”, explica el magíster, cuya tesis estuvo dirigida y codirigida por los profesores Sergio Botero Botero e Iván Alfonso Montoya Restrepo respectivamente.

“Antes se creía que si la empresa teletrabajaba esto le generaba un estatus en el contexto empresarial e incrementaba el valor percibido de la organización, todo lo cual implica la percepción de imagen positiva. Después de la pandemia no es tan relevante. La ansiedad por teletrabajar que antes era significativa para los decisores, ahora no lo es tanto, dadas las experiencias que ya se tienen sobre la modalidad. Este proceso se fortalece con capacitación constante, la optimización de los recursos y la retroalimentación para una mejora continua”, dice.

Las estimaciones arrojaron que dicha modalidad laboral contribuye a reducir anualmente el 1,55 % de la demanda energética y el 2% de las emisiones de COequivalente, ambas asociadas con el sector transporte del país. Estos resultados se obtuvieron con información de estudios previos realizados por el profesor Santiago Arango, de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, que permitieron cuantificar los impactos del teletrabajo a partir del número tanto de organizaciones como de individuos que lo adoptan.

En relación con la sostenibilidad organizacional, “aumentaría la productividad y la satisfacción laboral de los trabajadores al pasar más tiempo con sus familias, reducir la rotación y disminuir los gastos generales asociados con el mantenimiento, por ejemplo”, concluye el magíster.

Foto: Nicol Torres, Unimedios.