La decisión del Gobierno de no subir los precios de los combustibles el mes pasado para acelerar la reducción de la inflación, no tuvo un efecto significativo. La caída sigue siendo continua pero lenta.
La inflación de los últimos 12 meses en Colombia, hasta octubre, fue de 10,48%, inferior al dato de un mes atrás, cuando se ubicó en 10,99%. Sin embargo, este nivel de descenso no refleja el hecho de que el Gobierno haya decidido no subir los precios de la gasolina en octubre, como lo venía haciendo en los anteriores meses del presente año, en un promedio mensual cercano a $600 por galón.
Las cifras reveladas por el Dane indican que la inflación en Colombia sigue bajando de manera sostenida, pero no lo hace en una mayor proporción, lo cual les permitiría a las autoridades económicas tomar medidas como la reducción de las tasas de interés, para darle un respiro a la economía. Tras conocerse el resultado del comportamiento de los precios en octubre, la incertidumbre se mantiene, y hay factores que llevan a pensar que el Banco de la República no bajará su tasa de referencia este año.
El problema radica en que noviembre puede ser un mes de inflación alta si se tiene en cuenta que el Gobierno ya subió $600 el valor del galón de gasolina. Además, el 1 de este mes entró en vigor el impuesto saludable del 10% a los alimentos ultraprocesados, y su impacto es significativo en muchos productos de la canasta familiar. A ello se suma el hecho de que el fenómeno de El Niño ha comenzado a afectar la producción de alimentos en algunas regiones del país, con lo cual, hay quienes estiman que la reducción de la oferta podría mantener frenada la caída de precios en el último bimestre.
Este panorama permite concluir que en materia de inflación las perspectivas siguen siendo de incertidumbre y aunque a mediados de año se pensaba que la presión de las alzas desaparecería en el segundo semestre, el resultado no ha sido el mejor, hasta el punto de que las tasas de interés se mantienen en niveles altos, con el fin de bajar el consumo.
Salario mínimo: una materia pendiente
La polémica desatada entre el Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro y su ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, contra la Junta Directiva del Banco la República, tiene varias lecturas.
Por un lado, el Gobierno quiere a todas luces, dinamizar la economía, para que no se caiga el empleo, cuya cifra sigue consolidándose por debajo de 10% (9,3%). Sin embargo, mantiene su decisión de subir los precios de la gasolina para eliminar el déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles que dejaron los gobiernos anteriores. Esta medida ha generado presiones inflacionarias. En consecuencia, al Ejecutivo se le critica porque, por un lado quiere bajar la inflación, pero por el otro, toma medidas que van en contra de ese objetivo.
Por su parte, el Banco de la República se ranchó en mantener su política de altas tasas de interés para frenar la inflación, pero se le critica porque dejó a un lado una de sus responsabilidades constitucionales, que consiste en contribuir en la dinámica la economía.
Mientras esta polémica sigue su curso, e incluso, se profundiza, los colombianos siguen soportando alta inflación, bajo crecimiento de la economía, incertidumbre y perspectivas desfavorables para la inversión.
Finalmente, es clave recordar que la inflación es el factor más importante a la hora de establecer el salario mínimo en Colombia. En consecuencia, si los precios no bajan en mayor proporción en los dos meses que restan del año, las empresas tendrán que pagar mayores salarios en el 2024. Y recuerden, cuando los costos de producción suben, los precios al consumidor hacen lo propio, es decir, que la lucha contra la inflación vuelve a quedar en entredicho.
Total, la discusión sobre el salario mínimo no solo está pendiente, sino que es un factor inflacionario y de incertidumbre para el año que viene.
Fuente Dane