Si la corrupción está aumentando, como todo los colombianos percibimos, a quien hay que pedirle cuentas es a la Fiscalía General de la Nación y a su titular Francisco Barbosa. A él y a sus subalternos se les paga para que denuncien a los ladrones, no para ganarse el sueldo persiguiendo solamente a quienes no son de sus afectos políticos. «Si el gato non caza ratas, hay que salir de él». Menos mal que está de salida.