La mayoría de las personas cree que el precio del dólar no las afecta en nada y que ese es un tema de interés solo para el gobierno, los expertos en finanzas, los bancos, las empresas, los importadores y los exportadores, entre otros.
Sin embargo, en la vida real, el valor de la moneda estadounidense incide en muchos aspectos, con efectos positivos y negativos, en la economía de los colombianos.
Una ama de casa se puede ver beneficiada o afectada si el dólar sube o baja de precio. Se beneficia si recibe dólares de un familiar que vive en el exterior, porque entre más caro esté aumenta el monto que recibe en pesos al momento de hacer el retiro del giro. Sin embargo, también se perjudica porque los precios de los productos importados salen más caros. Igualmente, se encarecen el transporte, los alimentos y los electrodomésticos.
Si el precio del dólar baja, una ama de casa se beneficia porque los productos extranjeros ingresan a menor valor, pero al mismo tiempo se perjudica, porque al convertir en pesos los dólares que recibe de su familiar que vive en el exterior, el monto es inferior.
Un taxista se ve perjudicado si sube el dólar porque aumenta el precio de los combustibles, los repuestos y demás productos importados. Se beneficia porque el dólar alto aumenta el ingreso de extranjeros que vienen de turismo o de negocios a Colombia, en tanto que los nacionales prefieren tomar vacaciones en el país.
Si sube el dólar se benefician los exportadores locales y se perjudican los importadores, se vuelve muy costoso estudiar o viajar al exterior y adquirir productos y servicios que no son de producción nacional. Y lo peor, se encarece la deuda externa, es decir, la misma que debemos pagar todos los colombianos.
Mejor dicho, sea como sea, los movimientos del dólar, son un dolor de cabeza.