Ventas de vivienda nueva aún no ven clara la ruta de reactivación

Comprar Vivienda de Interés Social en Colombia en los próximos meses será atractivo gracias a la expectativa de reducción de las tasas de interés, a la estabilidad en los precios generada por la caída de la demanda y a la normalización de los desembolsos de los subsidios del programa Mi Casa Ya.

Sin embargo, esto podría cambiar en 2024, ante el menor número de proyectos iniciados en lo que va del presente año, hasta mayo, cuando según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) se presentó un descenso acumulado del 24,9%, en los 5 primeros meses. Este resultado traería como consecuencia un incremento de los precios el año entrante, debido a la baja en la oferta de inmuebles nuevos. Las cifras revelan que las iniciaciones de obra de VIS se redujeron 27,3%, mientras que las No VIS cayeron 18,2% hasta mayo del presente año. Sin embargo, es posible que la caída en el número de proyectos iniciados se compense con la actual disminución de la demanda de vivienda de este tipo.  

El último informe de cifras del sector revelado por Camacol confirma que las menores las ventas de VIS no es un fenómeno nuevo en Colombia, ya que este inició en junio del 2022 y, con excepción de septiembre del año pasado, el resto de meses ha presentado tendencia a la baja, hasta caer en mayo pasado a su nivel más bajo cuando se comercializaron apenas 5.561 unidades, mientras que en febrero de 2020 fueron vendidas alrededor de 19.000.

Así lo revela el último informe de la Cámara Colombiana de la Construcción, que reportó un descenso de 65,7% en mayo pasado.

Las menores ventas coinciden con el incremento de las tasas de interés del Banco de la República, las cuales tienen un efecto inmediato en los préstamos hipotecarios que otorga la banca comercial, a pesar de que en marzo pasado varias entidades bancarias empezaron a bajas sus intereses para VIS, mientras la junta del Emisor continuó subiendo la tasa de referencia hasta, incluso en mayo.

De la misma manera, en el inicio del 2023, el sector fue impactado por los cambios introducidos por el Ministerio de Vivienda en los requisitos para la entrega de subsidios bajo el programa Mi casa Ya, aunque la situación se normalizó en los últimos meses. De hecho, la ministra Catalina Velasco anunció recientemente que para este año el Gobierno proyecta desembolsar 75 mil subsidios de vivienda.     

Pero el menor ritmo en la comercialización de vivienda no se registra únicamente en la categoría VIS sino en la No VIS. De acuerdo con las cifras suministrada por Camacol, este tipo de edificaciones residenciales registró una caída del 53,6% en mayo, mes en el que acumuló un descenso de 46% en los primeros 5 meses del 2023.

Las razones de la disminución del mercado de No VIS son las mismas, es decir el incremento de las tasas de interés y, en este caso, a la decisión del Gobierno de focalizar los subsidios de Mi Casa Ya en usuarios de VIS.

De acuerdo con Camacol, otro de los resultados preocupantes del sector es la cancelación de etapas de proyectos en construcción. Hasta mayo, de las iniciativas VIS en lo corrido del año, hasta mayo, se han cancelado el doble de etapas, frente a la media registrada en el periodo 2019-2022, las cuales tienen gran incidencia en varias regiones.

La desaceleración del sector tiene un impacto social complejo, pues ya no solo habrá menos personas con posibilidades de acceso a vivienda nueva, sino que muchos de quienes laboran en actividades constructoras perdieron el empleo. El informe de Camacol revela que “en lo que va del presente año, hasta mayo, la generación de empleo en la construcción se paralizó. Según el Dane, para abril de 2023 se generaron apenas 2.448 empleos.  

Igualmente, Camacol asegura que la desaceleración de la actividad edificadora ha comenzado a impactar la cadena industrial, pues los despachos de cemento cayeron 10%, la producción de concreto para el sector disminuyó 12% y la producción de concreto para VIS se redujo 24%. La ocupación en el comercio minorista y los micronegocios cayó 20% en el primer trimestre de este año.

Pero no todo es malo. Según Camacol, los colombianos «siguen interesados en comprar vivienda, especialmente en los niveles altos y crece respecto a lo observado en el 2022”.

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