Bogotá D.C., noviembre de 2024. En Colombia, donde lluvias sin precedentes han generado inundaciones y deslizamientos de tierra devastadores, la adopción de soluciones innovadoras como tecnologías de monitoreo basadas en el Internet de las Cosas, se ha vuelto fundamental para salvaguardar a las comunidades, preservar los recursos y fomentar el desarrollo sostenible.
En situaciones críticas o de riesgo estructural, o simplemente en casos donde el monitoreo puede marcar una diferencia crucial para la seguridad, esta tecnología facilita que las infraestructuras puedan monitorizarse de forma más completa y eficiente porque los sistemas transmiten cada parámetro vigilado (inclinación, estabilidad, etc) de forma inalámbrica, sin necesidad de desplegar cableado ni desplazar equipos de trabajadores al terreno. Al transmitirse de forma remota a través de este tipo de redes, se puede tener control en tiempo real del estado de la infraestructura y, en caso de que se detecte algún problema, los responsables pueden tomar decisiones rápidas y evitar así problemas mayores.
Las carreteras, puentes y embalses enfrentan mayores riesgos, con efectos en cascada sobre la seguridad, la movilidad y la economía. En este escenario, por ejemplo, Colombia ha realizado importantes esfuerzos para abordar la crisis climática. El Instituto Nacional de Vías (Invías) ha desplegado su capacidad operativa con el apoyo de 2.900 microempresarios y 70 administraciones de carreteras.
“Colombia se encuentra en una encrucijada donde la acción debe reemplazar a la reacción”, dice Fernando Pérez, experto en monitoreo geotécnico. Según McKinsey Research, la tecnología IoT puede reducir los costos de mantenimiento en un 20% y los tiempos de intervención en un 30%,
El cambio de paradigma en la gestión de riesgos
Los sistemas de monitoreo impulsados por IoT están transformando la forma en que los gobiernos y los ingenieros gestionan los riesgos ambientales. Al recopilar y analizar datos en tiempo real, estas tecnologías permiten a los responsables de la toma de decisiones detectar vulnerabilidades antes de que aumenten, lo que reduce los tiempos de respuesta y los costos de mantenimiento.
Las regiones propensas a inundaciones como el Caribe y el Pacífico son un ejemplo de dónde estos sistemas son más necesarios. A través de sensores avanzados y plataformas centralizadas, los datos de las estaciones meteorológicas, los niveles de agua y otros indicadores ambientales pueden guiar las acciones preventivas, minimizando el costo de vidas y la infraestructura.
Los estudios de casos internacionales subrayan el potencial de tales soluciones. Después de que los deslizamientos de tierra amenazaran zonas residenciales en Malasia, se desplegaron sensores inalámbricos para rastrear la estabilidad de las pendientes, lo que permitió intervenciones tempranas que salvaron vidas y propiedades. Estas herramientas, cuando se adaptan a los desafíos únicos de Colombia, pueden redefinir cómo el país salvaguarda su infraestructura crítica.
Más allá de la tecnología: una responsabilidad colectiva
Si bien las soluciones tecnológicas son indispensables, deben complementarse con el compromiso de la sociedad. La mala gestión de residuos, por ejemplo, agrava las inundaciones al obstruir los sistemas de drenaje y los cursos de agua. “La eficacia incluso de los sistemas más avanzados depende de un compromiso compartido con la resiliencia”, señala Pérez. “Abordar los riesgos climáticos requiere una combinación de tecnología, como sensores inalámbricos que transmiten datos en tiempo real a través de la red LoRa, junto con políticas y conciencia pública. Esto permite detectar instantáneamente cambios en la estabilidad de los taludes, facilitando una respuesta oportuna ante posibles deslizamientos de tierra”.
Un llamado a la acción
Colombia ya ha demostrado resiliencia frente a la adversidad, movilizando recursos y comunidades para abordar los impactos climáticos inmediatos. Pero a medida que aumentan los riesgos, la necesidad de estrategias con visión de futuro nunca ha sido más clara. Al integrar tecnologías de monitoreo innovadoras con prácticas sustentables, la nación puede liderar el camino en la construcción de infraestructura que no sólo perdure sino que prospere frente a los desafíos futuros.