Ojo con sobreendeudarse: después no diga que no le avisamos

La reducción de las tasas de interés en el sector financiero puede convertirse en un arma de doble filo para los colombianos. Aunque la disminución del costo del endeudamiento contribuye a reactivar la economía y los negocios, y les baja el estrés a quienes piensan pedir crédito, cuidado con sobreendeudarse porque lo que hoy parece atractivo, esta estrategia puede terminar por convertirse en un tiro en el pie.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la reactivación de la economía se está dando a paso muy lento, y nada garantiza que una recuperación, al menos aceptable (igual o superior al 3%), se registre en los próximos seis meses o un año, como para pensar que el país va a regresar a un nivel de certidumbre favorable para los negocios y, sobre todo, para garantizar que la gente no está en alto riesgo de perder el empleo.

En las condiciones actuales, es indispensable que los ciudadanos tengan claro que «el palo no está para cucharas, y que los anuncios de bajas en las tasas de interés no pueden ser tomados, por ahora, como una gran oportunidad para endeudarse. Por eso, lo recomendable es que sigamos siendo moderados en la demanda de crédito, basados en el hecho de que la capacidad de pago de cualquier préstamo siempre está atada al nivel de ingresos que quien asume una deuda.

En consecuencia, si usted vive financieramente a ras, lo correcto es que no se endeude, excepto que ese dinero lo vaya a utilizar para alguna actividad que le ayude a incrementar sus ingresos, o tenga la certeza de un aumento el salario.

Aparte de lo anterior, también es evidente que las tasas de interés van a seguir bajando, y aunque existe la posibilidad de que quienes tienen créditos vigentes se acojan a una compra de cartera para aprovechar tipos de interés más favorables, aún no se sabe cuándo tocarán fondo, ni cuál es el nivel más bajo al que podrían llegar.

En realidad, la única señal clara y cierta es que el Banco de la República tiene como objetivo regresar al rango de su meta, es decir, entre y 2% y 4%, como una tasa media de 3%. Y para llegar a este nivel falta como mínimo un año, porque hoy se encuentra 10,25%. Es más, no estamos seguros de lo que pueda pasar de aquí al 2026. Ojalá no sea un destorcida de la actual tendencia descendente de la inflación, porque entonces, hasta ahí nos lleva el río.