El sector mantiene un nivel de capitalización del 16%, por encima del mínimo requerido en estándares internacionales. Esto asegura que puede absorber choques económicos sin comprometer su solvencia.
Bogotá, 23 de diciembre de 2024. En un año marcado por desafíos macroeconómicos y cambios en las políticas monetarias, el sector bancario colombiano cierra el 2024 enfrentando una recuperación moderada. Así lo afirma el último informe de OBS Business School, dirigido por el profesor de la escuela Jaime Martínez Tascón.
De acuerdo con datos del Grupo Bancolombia, la cartera de créditos mostró un crecimiento del 1,9% anual. Sin embargo, la morosidad sigue siendo una preocupación importante, especialmente en sectores como la construcción y el comercio. A pesar de ello, el sistema bancario mantiene una capitalización del 16%, superando ampliamente los estándares internacionales. “La buena gestión regulatoria de la Superintendencia Financiera ha sido clave para que Colombia mantenga estabilidad en su sistema bancario. Pero la presión de una economía global incierta y la competencia de nuevos actores como las fintechs exige que las entidades sean más ágiles y creativas”, añade el experto de OBS.
Digitalización y fintech
La digitalización continúa siendo una de las áreas de mayor crecimiento, con más del 85% de la población adulta accediendo a servicios financieros, en gran parte gracias al auge de las fintechs. Estas han ganado terreno en zonas rurales y entre sectores tradicionalmente menos bancarizados, transformando el panorama financiero del país.
“La digitalización ha sido un factor clave en esta expansión, ya que cada vez más personas utilizan la banca digital, plataformas de pago móviles y aplicaciones financieras. Los bancos tradicionales han acelerado su transformación digital, ofreciendo productos innovadores y adaptando su servicios a las nuevas demandas del mercado.”, puntualiza el experto.
Puntos clave
- Entorno económico desafiante: el sector bancario colombiano se encuentra en un contexto complicado, marcado por un crecimiento moderado del PIB y una inflación alta, que superó el 13% en 2023. Esto ha afectado el consumo y los ingresos de los hogares, lo que a su vez impacta la demanda de productos financieros.
- Política monetaria: a lo largo de 2023 y 2024, el Banco de la República ha mantenido tasas de interés elevadas para controlar la inflación, lo que ha encarecido el costo del crédito y ha reducido la actividad en el mercado hipotecario y de consumo. Sin embargo, se anticipa una relajación de la política monetaria, lo que podría aliviar la presión sobre el sector.
- Cartera de créditos y morosidad: aunque ha habido un leve crecimiento en la cartera de créditos del 1.9% anual, la morosidad sigue siendo una preocupación, especialmente en sectores como la construcción y el comercio. La rentabilidad del sector se sitúa en torno al 7.5%, presionada por la competencia y la moderada demanda de nuevos créditos.
- Competencia y digitalización: el sector enfrenta una creciente competencia, no solo de bancos tradicionales, sino también de fintechs y bancos digitales, que están mejorando el acceso a servicios financieros, especialmente en áreas menos bancarizadas. La digitalización es vista como un motor clave para la inclusión financiera.
- Regulación y estabilidad: el marco regulatorio en Colombia ha sido fundamental para mantener la estabilidad del sistema bancario. La Superintendencia Financiera asegura que los bancos mantengan niveles adecuados de capitalización.
Perspectivas 2025
El año próximo se perfila como un periodo de consolidación para el sector bancario colombiano. “Las perspectivas para el sector bancario colombiano son de recuperación moderada. Se espera que la relajación de la política monetaria, junto con una mejora en el entorno macroeconómico global, impulse la demanda de crédito y mejore los indicadores de morosidad. La digitalización y el crecimiento de las fintechs seguirán siendo motores clave para el sector, mientras que la competencia continuará elevando el nivel de innovación y servicio”, concluye Martínez Tascón. Este análisis expone la importancia de una gestión óptima, resiliente y una adaptación efectiva para que el sector bancario colombiano continúe siendo un pilar esencial del desarrollo económico del país.