La noticia de la renuncia del Ministro de Hacienda, Ricardo, Bobilla, y la designación de su viceministro Diego Guevara en ese cargo, deja en el aire una gran pregunta: ¿Como segundo a bordo de Bonilla, Guevara no sabía lo que estaba sucediendo?
Es posible que el viceministro, hoy nuevo ministro, no tuviera entre sus funciones aprobar el desembolso de los cuestionados recursos para contratos, que todo indica que se adjudicaron de manera preferencial y sin el cumplimiento de los requisitos, en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres (UNGRD), pero queda la duda sobre si Guevara sabía, participaba o asistía a las reuniones donde se tomaban este tipo de decisiones.
Aunque el nuevo ministro no tenga responsabilidad directa, si sabía del tema ha debido denunciarlo, o dejar por escrito su desacuerdo.
No tengo ni idea si esto sucedió. Si así lo hizo, me parece lo más correcto, pero debería mostrar públicamente que sí expresó internamente su desacuerdo con Bonilla.
Si Guevara sabía, pero se quedó callado, su llegada al Ministerio de Hacienda no garantiza la transparencia que se requiere en un cargo de semejante responsabilidad.
Si esas sospechas se confirman, la decisión del presidente Gustavo Petro de pedirle la renuncia Bonilla y nombrar a Diego Guevara, solo tendría un efecto mediático, y no garantiza la erradicación de un mal que lleva muchos años haciéndola daño al país, es decir, la adjudicación de contratos a dedo para favorecer a quienes fueron generosos con aportes a la campaña presidencial.