Outsourcing, una empresa formada con el alma

Hace 30 años, nació en Colombia Outsourcing, la primera empresa de Contact Center del país. No fue una multinacional, sino una compañía de capital criollo, construida con propósito superior.

El fundador y CEO de la compañía, Ricardo Durán, tiene claro no solo el rumbo del negocio, sino el impacto social que el sector productivo debe generar en la comunidad, a nivel interno y de puertas para afuera.

De hecho, Outsourcing fue certificada hace poco como una empresa con Beneficio de Interés Colectivo (BIC), convirtiéndose, igualmente, en la primera del sector en recibir esta calificación.

Para esta empresa colombiana de BPO (Contact Center), que hoy cuenta con 6.200 colaboradores, no es extraño obtener estos logros. “Somos una compañía con propósito superior” afirma Durán, quien explica que mejorar vidas es el compromiso de la empresa, pues se trata de una estrategia para llegarle al alma a la organización, al personal, a sus proveedores, a la comunidad, a sus aliados, a los directivos y al entorno.

Impactamos a todos los grupos de interés, tanto internos como externos. Trabajamos para mejorar las vidas de los proveedores, los clientes y demás grupos de interés”.

Cabeza, manos y corazón

Para celebrar tres décadas de servicio, Outsourcing realizó en Bogotá el evento académico, 30 años Transformando Experiencias”, con expertos en la transformación de compañías hacia un propósito superior, en el que participaron Carlos Rey, director de la cátedra Dirección por Misiones y Propósito Corporativo de la Universidad Internacional de Cataluña; Juan Carlos Gómez, presidente de la Fundación Grupo Social, y Ana María Delgado, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Corona.

“El propósito corporativo se expresa en los siguientes factores: conocimiento (cabeza), acción (manos) y pasión (corazón)”, asegura Rey, quien además señaló que es necesario tener objetivos claros. La empresa es un negocio que se forma en el alma de los empleados.

Por su parte, Ana María Delgado, de Corona, dice que la clave del propósito superior es conectar y crear soluciones de confianza con la gente. “Es indispensable generar las condiciones para que cuando la gente vaya a trabajar, lo haga con el alma y con el cuerpo. Las empresas deben hacer lo que dicen que hacen”. En su opinión, los colaboradores de una empresa deben entender por qué hacen su oficio”. Señaló que hay que llenar de razones a los colaboradores para que sientan que trabajar vale la pena.

Coherencia y ejemplo

A su turno, Juan Carlos Gómez, de la fundación Grupo Social, dijo que la organización es “contribuir a identificar las causas estructurales de la pobreza y a apuntarle a la solución de esas cauas. Trabajamos por atender lo que otros no atienden.”

Agregó que la cultura organizacional es la única garantía de preservación del ADN de la organización.  “La coherencia y el ejemplo son fundamentales”. Aclaró que son fundamentales las competencias del ser, y no solo del saber. Gómez dijo que los colaboradores deben decir por qué están en la empresa.

Al referirse al impacto de la inteligencia artificial en las empresas con propósito superior, el presidente de la Fundación Social dijo que la AI es un medio o una herramienta. “La tecnología hay que ponerla al servicio del propósito”. Concluyó que la AI no está en capacidad de ponerle corazón a lo que se hace.