Colombia atraviesa por un momento complejo debido a factores externos que hacen que las dificultades se extiendan por al menos uno o dos años más, dependiendo de los ajustes global y local.
En el conversatorio «Una mirada al 2023-2025», organizado por BTG Pacxtual, expertos hablaron de los hechos reales que tienen en vilo el rumbo de economía colombiana, y enumeraron al menos 12 razones para estar preocupados.
Desaceleración de la actividad productiva, inflación, altas tasas de interés, mal momento del mercado accionario local, aumento del riesgo soberano, deterioro de los indicadores del sector financiero, desacuerdo sobre las reformas de salud, laboral y de pensiones, desequilibrios en el manejo fiscal, señales de estanflación, disminución de la inversión, baja gobernabilidad y tensión política interna, desconfianza empresarial y de los consumidores, y rentabilidad empresarial en niveles mínimos, hacen parte de la lista de temas pendientes de resolver en el corto y mediano plazo, señalada por Armando Montenegro, presidente de BTG Pactual Colombia; Munir Jalil, Economista en Jefe para la Región Andina de BTG Pactual, y Daniel Guardiola, director de Investigaciones de Capital, de la misma compañía.
A ello se suman aspectos como la desfavorabilidad del Gobierno, la inestabilidad de los funcionarios en cargo públicos de alto nivel, el ambiente complejo en la relación entre el Gobierno y el Congreso y hasta el posible impacto del fenómeno de El Niño.
En opinión de este grupo de expertos, la economía colombiana está pasando por una coyuntura difícil, pues todo indica que la inflación solo regresaría en 2025 a la meta del Banco de la República, es decir al rango entre 2% y 4% , para una media 3%; la tasa de interés del Emisor solo bajará 0,25 puntos este año, ubicándose en 13,0%; la inflación oscilaría este año entre 9,5% y 10,3%; el desempleo aumentará en 2024 como consecuencia de la desaceleración económica; las empresas deben prepararse para un aumento de dos dígitos en el salario mínimo del próximo año; el Gobierno tiene guardados $46 billones en el Banco de la República debido al bajo nivel de ejecución presupuestal; las reformas sociales están embolatadas y si se llegarán a aprobar como fueron presentadas por el Gobierno al Congreso, todas tendrían un efecto negativo sobre las empresas y buena parte de los colombianos.
Entra tanto, el análisis político indica que mientras el presidente Gustavo Petro avanza en su plan de estatizar y quitarle poder al sector privado, el nerviosismo de los inversionistas continúa creciendo y sus proyectos en Colombia se mantienen a la espera de señales de estabilidad.
«Empresarios e inversionistas están aprendiendo a manejar el discurso del Gobierno, bajo el criterio de que es más lo que se dice que lo que hace y, por consiguiente se han acostumbrado a descontar el impacto de los anuncios, para continuar con sus planes», dijo Montenegro.
Por su parte, Munir Jalil, aseguró que Colombia debe ponerle mucha atención a las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en materia de tasas de interés, a la hora de tomar las decisiones de manejo de la política monetaria local. «A Colombia sí le debe importar la FED», afirmó.
A su turno, Daniel Guardiola, fue enfático en señalar que el mercado accionario colombiano atraviesa por un momento muy difícil debido al bajo nivel de rentabilidad de las empresas. Sin embargo, aclaró que, en dos o tres años, se convertirá en un mercado de oportunidades para el capital privado».
En conclusión, el problema de Colombia no es de superficie, sino de profundidad, en la mayoría de los asuntos pendientes. «No hacer nada, es un riesgo mayor».