Moscas y abejorros les compiten a la abejas en el trabajo de polinización

Bogotá, septiembre 13 de 2024. Alexander García García, candidato a Doctor en Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), está realizando una investigación para entender el papel de los insectos polinizadores en los cultivos de fresa de este territorio, bajo la tutoría de los profesores Helena Luisa Margarita Brochero y Álvaro Acevedo Osorio, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL.

“Una de las temáticas estudiadas en mi trabajo se centró en observar qué insectos llegan a los cultivos y cómo favorecen la polinización, lo que generaría frutos de mejor calidad”, señala el investigador García.

Un proceso agro-ecológico en acción

El investigador, oriundo de Sibaté, desarrolló su estudio en 9 fincas seleccionadas según su ubicación geográfica, en 3 zonas de producción del municipio, una de ellas cerca del páramo, considerando el impacto medioambiental que dichas zonas han venido presentando en la región.

Durante el proceso realizó observación directa de 6 horas, 2 días por finca, durante 7 meses, recorriendo los sistemas de cultivos, mirando a detalle qué insectos tocan las estructuras reproductivas de la flor, o sea los estambres y los pistilos. Esta produce néctar dentro de los nectarios, y cuanta más cantidad tenga son más atractivas para los insectos. 

A través de succión ellos extraen el néctar, y al entrar en contacto con la flor, el polen se adhiere al cuerpo del insecto y este viaja de flor en flor, facilitando la polinización entre diferentes plantas, lo que permite el intercambio de información genética de la planta, dando como resultado un mejor fruto, que se refleja en mejor calidad, tamaño, sabor y color de la fresa. Como consecuencia, en poscosecha el fruto puede durar más tiempo y comercializarse a mejor precio.

Después de la observación se tomó una muestra de los insectos capturándolos en frascos de vidrio y bajando la temperatura con hielo seco para llevarlos al laboratorio. Ya en el estudio se analizaron a través del estereoscopio, se retiró el polen de su cuerpo, y a través de un microscopio se observó el polen para identificar si el insecto se había alimentado de la flor de la fresa o de otra planta, “Esta investigación es pionera en asociación de insectos polinizadores en sistemas de cultivo de fresa en un territorio”, comenta el investigador García.

Con este proceso se encontraron diferentes grupos de polinizadores de fresas, entre ellos moscas de la familia Syrphidae, y en menor proporción abejas melíferas y algunos abejorros, estos últimos también asociados con otros cultivos de Argentina, Chile y Brasil. Entre las moscas se destaca por sus repetidas visitas al cultivo la mosca abeja (Eristalis tenax), llamada así por su parecido con las abejas melíferas, Platycheirus punctulatum, 5 especies de moscas más pequeñas y 2 de abejas solitarias silvestres.

Durante el estudio se encontró la abeja del sudor, un género de la familia Halictidae, pequeña y de color verde metalizado, que a 2.800 metros de altitud sigue siendo clave en la polinización, llevando polen entre las flores de fresa.

Cuidar el bosque y el suelo para mejorar la producción

A pesar de la importancia de estos insectos para las plantaciones frutales, la expansión de los cultivos divididos en secciones o lotes ha generado deforestación que interrumpe la continuidad del bosque. Alrededor de estos cultivos la vegetación es escasa, con pocas plantas florales nativas, sin espacios adecuados para que tanto las abejas como los diferentes grupos de insectos polinizadores puedan encontrar zonas de alimentación y ubicación de nidos para establecerse en los cultivos. Además, los sistemas de cultivo de fresa requieren un alto uso de productos químicos, tanto para la fertilización como para el control de hongos y plagas, lo que afecta a los insectos polinizadores.

Identificar qué insectos participan en el proceso de polinización y su relación con los ecosistemas circundantes plantea la necesidad de conservar la biodiversidad transformando las prácticas agrícolas más amigables con el medioambiente, promoviendo una transición hacia la agro-ecología, lo que quiere decir cambiar los productos químicos por orgánicos.

El investigador García trabajó con algunos agricultores que están en proceso de transición hacia prácticas agro-ecológicas, utilizando productos orgánicos, manejando eficientemente el agua y respetando el suelo con abonos naturales. “Buscamos que estos sistemas de cultivo sean más sostenibles, fomentando una agrobiodiversidad que mejore no solo la producción, sino también el entorno en el que se cultiva la fresa”, comenta el investigador.

Proyección de los insectos polinizadores y las fresas

La investigación se basa en un diálogo de saberes entre la academia, el gobierno local, regional y los productores de fresa, lo que ha permitido abordar la importancia de reducir el uso de productos químicos en favor de un manejo agroecológico de los cultivos. La Alcaldía de Sibaté, junto con la Secretaría de Agricultura, Desarrollo y Ambiente, que ha apoyado la investigación, busca integrar estas prácticas en el mercado global para obtener certificaciones de calidad y sostenibilidad.

Los resultados de la investigación indican que la conectividad ecológica del paisaje impacta sobre la diversidad de los insectos polinizadores que pueden contribuir significativamente a la calidad del fruto de la fresa, lo que mejoraría la economía y sostenibilidad ambiental en el municipio. “Al mejorar la calidad de fruto, estamos mejorando también la calidad de vida y la salud de quien la consume”, menciona el investigador. 

El cultivo de fresa se da principalmente en clima frío, por lo que Cundinamarca se ha convertido en unas de las regiones que más las produce. Sibaté es el municipio principal con una producción de 22.780 toneladas anuales, según Marca Cundinamarca. La relevancia de esta fruta en el municipio es tal, que cada año se realiza un festival en su honor. Este año se destacó además el interés de una empresa francesa en exportar las fresas de Sibaté hacia Europa.

Según el Ministerio de Agricultura, Colombia es el tercer país latinoamericano con mayor área sembrada en cultivos frutales, entre los que se resalta la fresa, cuyas exportaciones han crecido en el último año, al pasar de 6.000 toneladas en 2022 a más de 10.000 en 2023.