Por Lisa Jepsen, Presidenta de Garson & Shaw
El año pasado, el gobierno colombiano aumentó los impuestos a la importación de ropa nueva del 15% al 40% para, de esta manera, enfrentar el flagelo ambiental de la moda rápida y, además, ayudar a los fabricantes textiles locales, fortaleciendo así a este sector.
Desde Garson & Shaw damos la bienvenida a este movimiento. Somos un proveedor mayorista global de ropa usada con más de 30 años de experiencia. Trabajamos con tiendas de segunda mano, organizaciones benéficas y empresas con fines de lucro, garantizando la reutilización de millones de libras de ropa y zapatos cada año. Al hacerlo, conectamos la ropa usada con las personas que más la necesitan.
Frente al nuevo decreto 2598 del 23 de diciembre de 2022, el presidente Gustavo Petro tuiteó: «Este arancel a las importaciones de ropa permitirá que la industria de la confección colombiana se dispare». Creemos que tiene razón y esperamos que la mayor cantidad posible de personas en la industria puedan beneficiarse de esta nueva ley.
Sostenemos que, además de la subida en los impuestos de importación a artículos textiles nuevos, se debería permitir abiertamente la importación de ropa de segunda mano. La reutilización de textiles facilita y ofrece la oportunidad de vestir dignamente a los colombianos que no pueden pagar el aumento de los costos de los artículos nuevos e, incluso, textiles de confección local. Aquí es donde creemos que nuestra industria podría desempeñar un papel importante en Colombia, de varias maneras clave; proporcionar ropa de calidad a la población menos favorecida; impulsar el empleo ya que se necesitaría mucha mano de obra para efectuar la venta de ropa usada de la mejor manera, aumentar los ingresos fiscales para el gobierno; y proteger el medio ambiente al evitar el desecho textil en los vertederos de basura, además de contribuir considerablemente a disminuir la huella de carbono mundial.
La economía y el medio ambiente:
Los beneficios económicos de la reutilización han sido bien investigados: un informe reciente encargado por Garson & Shaw: «Reutilizar antes de reciclar: la industria de ropa de segunda mano en América Central» mostró que los empleos en la reutilización de ropa podrían duplicarse en las próximas dos décadas en América Central, alcanzando más de 3 millones. El mercado está impulsado por el consumidor, con compradores deseosos de comprar ropa de buena calidad a buen precio. También tiene fuertes oportunidades de crecimiento, ya que el informe estima que solo una cuarta parte del potencial de este mercado se está realizando en países donde se ha establecido durante algún tiempo. Mientras tanto, la industria podría generar cerca de 200 millones de dólares en ingresos fiscales anuales en toda la región, con tendencias al alza año tras año.
La industria de la ropa de segunda mano está ayudando a mejorar el empoderamiento económico en toda América Central al permitir que las personas, especialmente los jóvenes y las mujeres, establezcan sus propios negocios. Asimismo, la ropa de segunda mano aumenta las opciones y el poder adquisitivo de los clientes, al tiempo que amplía la demanda de productos textiles de manera más amplia, lo que a su vez crea más oportunidades de trabajo y aumenta los ingresos de los hogares. De hecho, nuestro informe encontró que las industrias textiles nacionales en Guatemala y Honduras están creciendo fuertemente junto con el mercado de ropa de segunda mano, con ambos países posicionándose exitosamente como exportadores de textiles sostenibles.
En términos ambientales, los resultados de nuestra investigación mostraron cómo el movimiento global cada vez es mayor para donar, vender y comprar ropa de segunda mano, brindando beneficios a Centroamérica sin el daño que puede causar la moda rápida.
¿Sabías que para hacer una sola camiseta de algodón se utilizan unos 2.500 litros de agua? Esto es suficiente para que una persona viva 2 años y medio.
Por esta razón, el cambio a la moda sostenible debe ser una prioridad en la agenda del gobierno consciente del medio ambiente de Colombia. Fomentar una economía circular e incentivar el consumo sostenible están a la vanguardia de las tendencias globales a medida que el mundo se esfuerza por lograr la Agenda 2030 y cumplir los objetivos del Acuerdo Climático de París para mantener los aumentos de temperatura dentro de 1,5 grados.
Llama la atención que, según nuestra investigación, el mercado de ropa usada en los Estados Unidos creció 21 veces más rápido que el nuevo mercado minorista allí entre 2017 y 2020 ya que las personas recurrieron a formas de comprar más ecológicas. Existe una enorme oportunidad económica y ambiental en el mercado de la reutilización, que reduce la demanda de recursos naturales y disminuye las emisiones de Co2.
Hoy nos preguntamos: ¿por qué Colombia no puede ser parte de este movimiento?
Como muestran nuestros hallazgos de América Central, permitir la importación de ropa de segunda mano no competirá con la industria textil. Más bien, sentimos que podríamos cooperar en un escenario donde todos ganan; la ropa de buena calidad se fabrica localmente, mientras que proporcionamos un medio para proteger el medio ambiente a través de la reutilización y una mayor contribución a la economía colombiana a través de empleos verdes, como descarga de contenedores, clasificación de ropa, logística y venta de ropa, que nos gustaría crear en el país.De esta manera, Colombia podría no solo ser importador de ropa usada sino también exportador y convertirse en un líder en la recolección de ropa usada para recircular en todo el mundo, dejando grandes pagos de impuestos al país y colocando a Colombia a la cabeza en la carrera mundial para combatir el cambio climático.
Creemos que esto es beneficioso para Colombia, su gente, su economía, el sector textil existente y el medio ambiente. Si desea obtener más información sobre nuestro trabajo y apoyar nuestros objetivos de generar un nuevo movimiento de moda sostenible en Colombia, visite nuestro sitio web: https://www.garsonshaw.com