En encuentro terminó cero-cero, pero el Presidente impuso el criterio de que, «el que me quiera ver que venga acá. Mejor dicho, “dejad que los gremios vengan a mí porque yo no quiero ir donde ellos”.
Rico verlos; cuándo almorzamos; déjense ver; no se pierdan. Estas son algunas de las frases que podrían usarse para resumir el resultado de la reunión entre el presidente Gustavo Petro y el Consejo de Consejo Gremial Nacional, que se realizó este martes 29 de agosto, en Palacio de Nariño.
El encuentro, que estuvo antecedido de situaciones tensas como la ausencia del mandatario en el Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y el aplazamiento de esta misma cita hace unos días, al igual que de una serie de trinos de Petro en contra de los empresarios por su oposición al proyecto de reforma laboral, terminó cero-cero.
Sin embargo, como se dice en el fútbol, el Gobierno se quedó con el punto invisible, que ahora llaman ventaja deportiva, al poner en práctica la similitud del siguiente pasaje bíblico: “Dejad que los gremios vengan a mí porque yo no quiero ir donde ellos”. Mejor dicho, “el que me quiera ver, que venga acá”.
Y así sucedió. Muy cumplidos, a las 3:00 de la tarde llegaron a la Casa de Nariño, los presidentes de los principales gremios del país, que hacen parte del Consejo Gremial Nacional, y aunque el ambiente previo era tenso, bastó que el mandatario llegara al recinto, a las 3:50 minutos, y saludara, prácticamente uno a uno a sus invitados, la cordialidad se apoderó de la reunión. El retraso de 50 minutos ni se sintió.
En medio de la informalidad del saludo de Petro con cada uno de los visitantes, las miradas de los dirigentes se centraron en lo que podía pasar cuando al Presidente le tocara el turno de saludar al gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, quien asistió al encuentro, aunque el mandatario le había negado todas las citas que el dirigente cafetero le pidió, desde su llegada al gremio cafetero, en abril de este año.
«Todos estábamos a la expectativa de qué iba a suceder, le dijo al portal economiaconedmer.com el presidente de uno de los gremios, que pidió mantener su nombre en reserva. «Petro le extendió la mano y Bahamón le correspondió, pero de sus labios solo salieron un par de susurros, poco cálidos, aunque no hubo ni la más mínima expresión de rechazo hacia el gerente de la Federación». Mejor dicho, a Bahamón le va mejor yendo a Palacio que leyendo trinos del Presidente en su contra, o acompañándolo a las reuniones que el mandatario realiza con las personas que él considera que son los productores de base.
El dato curioso del encuentro consistió en que el menú de la tarde fue un café, precisamente el símbolo de la discordia declarada por el presidente con los dirigentes de la Federación Nacional de Cafeteros, a quienes incluso les ha pedido que se bajen los salarios, al tiempo que, recientemente, en Pitalito (Huila), amenazó con suspender el contrato de administración de los recursos del Fondo Nacional del Café. La parte dulce del menú corrió por cuenta de unas rodajas de sandía o patilla, de esa que es tan dulce que los médicos la prohíben en el plato de los diabéticos.
Una vez se sentaron en las sillas que rodean las medialunas de la mesa oval del Salón Bolívar de Palacio, Juan Fernández, Consejero del Presidente, se encargó de hacer la introducción del encuentro y le cedió la palabra al presidente del Consejo Gremial Nacional, Germán Arce, quien hizo un resumen de los puntos que los empresarios querían plantearle al Gobierno: seguridad, reactivación económica, tasas de interés, reformas sociales, vivienda, vías y acuerdo nacional. Arce también se encargó de asignar las intervenciones de los empresarios.
Petro, quien estaba sin corbata, como algunos de sus invitados, y rodeado de sus ministros de Defensa, Iván Velásquez; de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña; de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y de Vivienda, Catalina Velasco, así como Carlos Ramón González, Jefe de Gabinete, hizo su primera intervención, centrada en descarbonización y industrialización y lucha contra la desigualdad. De los ministros solo intervinieron los de Defensa y Comercio.
Los 32 gremios estuvieron representados por sus presidentes, con excepción de Rosmery Quintero, de Acopi y José Féliz Lafaurie, de Fedegan, cuyos líderes se encontraban fuera del país, aunque enviaron sus delegados.
Los representantes del sector privado no llevaban libreto, aunque previamente habían hablado de cuáles serían los temas que se abordarían en el encuentro, y quiénes intervendrían. Al final, el plan salió más o menos como estaba previsto.
Los asistentes coinciden en que no hubo nada concreto, aunque se haya mencionado la necesidad de ponerle gerencia a la agenda entre el Gobierno y el sector privado.
Luego de dos horas y media de diálogo, dejaron abiertas las puertas para trabajar de manera conjunta. De hecho, algunos de los asistentes dijeron que el encuentro se desarrolló en un ambiente cordial, aunque con franqueza, e incluso afirmaron que los gremios y el Gobierno no están de pelea.
El presidente Petro, dijo que el Acuerdo Nacional debe focalizarse en el Plan Nacional de Desarrollo, la transición energética y avanzar en el enfoque de derechos para los colombianos, aseguró el presidente Gustavo Petro en una reunión de dos horas con el Consejo Gremial Nacional, en la Casa de Nariño.
El mandatario insistió en que la industrialización de Colombia se hará a través de la adopción de una economía descarbonizada, que haga tránsito hacia las energías limpias, movilidad eléctrica y producción sin carbono.
Al finalizar el encuentro, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, se encargó de salir con las «cajas destempladas». Al responder la pregunta de un periodista, lanzó una frase dejando entrever que «los gremios no son la última Coca-Cola del desierto».
La funcionaria dijo que el diálogo sobre la reforma laboral avanza, «Desde luego, hoy estamos en la ‘cancha’ del Congreso de la República, donde habrá debates. Estamos abiertos, tendremos mesas de trabajo que nos permitan, efectivamente, seguir fortaleciendo la reforma laboral. No es la hora de descalificación, es la hora de proponer”.
“Colombia tiene que saber que el gobierno del Cambio tiene una política de empleo, una política integral, y esa política integral está plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo. Ahí están claramente las metas, y la explicación sobre cómo vamos a generar empleo». Petro habló de la reindustrialización, el desarrollo del campo, el apoyo a la economía popular, y del crédito a bajas tasas de interés, el apalancamiento financiero, la implementación de tecnología y la transformación digital”.
En conclusión, la agenda público-privada quedó en punta: Y como dicen por ahí: ¿cuándo almorzamos?