Las calles de la capital del país se han convertido en un cenicero. La ciudad cuenta con alrededor de 80 colilleros en dos zonas de Bogotá, permitiendo recolectar más de 64.000 colillas de cigarrillo al día.
Según la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSPA), seis millones de personas son fumadores activos en Colombia, y solamente el 30 % son conscientes de que la colilla es un residuo ordinario, mientras que el 70 % restante no es consciente de esto y tira la colilla al suelo. En el caso de Bogotá, de acuerdo con proyecciones del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad Piloto de Colombia, en un año se podrían recolectar 19 toneladas de colillas del espacio público. Las colillas pesan menos de un gramo y tienen alrededor de seis mil sustancias tóxicas de las que algunas son cancerígenas.
Cindy Perilla, fundadora y Directora No Más Colillas Colombia asegura que “echar estos residuos a las calles genera altos índices de contaminación, pues, según una investigación de la Universidad Antonio Nariño1, las colillas desechadas por los bogotanos afectan el medioambiente. Además, arrojarlas en el suelo puede contaminar los charcos de los que algunos animales callejeros se hidratan, generando efectos nocivos para su salud al consumir agua contaminada”.
La mala disposición de estos residuos representa un daño significativo a los recursos naturales, por lo que
iniciativas como Bogotá No Es Un Cenicero buscan aportar a la reducción de los impactos negativos al
medio ambiente pues promueve la adecuada disposición de las colillas.
La iniciativa de – la UAESP, Coltabaco – Philip Morris International-, Fenalco, Asobares, Acodres y No Más
Colillas Colombia -, nació en el año 2022 y ya hizo presencia en tres localidades de la ciudad: Chapinero,
específicamente en el parque de los Hippies; en Fontibón en la zona de bares de Modelia, y actualmente
se encuentra en Teusaquillo, en la zona de rumba de Galerías. Solo en 2023, se han instalado de forma
permanente 80 colilleros en estas zonas que en donde se han depositado adecuadamente más de 64.000
colillas, evitando que lleguen a fuentes hídricas.
Recomendación para fumadores
En el mundo hay varias organizaciones que trabajan en transformar las colillas. Por ejemplo, en México está Ecofilter, que por medio de un proceso de biorremediación con hongos degradan las colillas; en Chile existe Imeco, que paletiza las colillas para hacer plástico.
“Seguiremos aportando a que los fumadores sean conscientes del daño que le generan al ambiente cuando arrojan sus colillas al suelo. Somos parte de iniciativas que aportan a la recolección de colillas de cigarrillo y ampliaremos nuestros procesos de investigación y educación”, reafirmó Cindy Perilla.
La recomendación siempre será no fumar para no generar residuos, sin embargo, mientras los
consumidores adultos logran cambiar y mejorar sus hábitos, pueden contribuir con el buen uso de las
canecas de residuos ordinarios y colilleros para depositar las colillas y así garantizar su recolección y
posterior disposición.