El bajo crecimiento, la inflación y las altas tasas de interés siguen siendo el gran dolor de cabeza de la economía global. Ciertos indicadores se recuperan en algunos países, pero en otros están empeorando.
La economía mundial sigue dando tumbos y la solidez de su recuperación no está garantizada. Mientras en algunas naciones hay indicadores que han empezado a mostrar signos de reactivación sigue generando pesimismo entre los analistas.
Por ejemplo, Estados Unidos está mostrando signos de desaceleración de su Producto Interno Bruto (PIB), pero el último informe de empleo confirmó la creación 187.000 puestos de trabajo en julio, por debajo de los más de 280.000 creados el pasado mes de mayo, con lo cual, la generación de empleo sigue siendo fuerte y debería seguir apoyando la demanda de los hogares.
La inflación general estadounidense se situó en el 3,0% interanual en junio, frente al 4,1% del mes anterior. El significativo descenso del crecimiento de los precios se explica casi en su totalidad por la caída de los precios de la energía y los alimentos. Ante este problema, la Reserva Federal elevó en 25 puntos básicos las tasas de interés de los fondos federales, que se sitúa entre el 5,25% y el 5,5%.
Las cifras de crecimiento del 2T23, así como las múltiples revisiones al alza de las estimaciones de crecimiento anteriores, nos han llevado a elevar nuestra previsión de crecimiento para 2023 hasta el 1,7% (desde el 1,2%). En conjunto, el ciclo económico estadounidense sigue siendo sólido y está fuertemente impulsado por la demanda de los hogares.
En Europa, los más recientes datos de las encuestas sugieren que el repunte de la actividad económica alemana se está desvaneciendo. El componente del sector servicios de la encuesta IFO ha entrado en territorio de contracción, lo que indica un mayor debilitamiento de la demanda interna. Del mismo modo, las últimas encuestas en Francia no muestran signos de mejora económica. Los indicadores de actividad publicados en julio, tanto en el sector manufacturero como en el de servicios, siguieron cayendo. Mientras tanto, el gasto estacional de los consumidores en el sector de los servicios está apoyando la actividad en España.
La inflación general de la zona euro fue del 5,3% interanual en julio, frente al 5,5% del mes anterior. La baja en la inflación de alimentos y energía contribuye al descenso general. La inflación subyacente aumentó un 5,5% interanual en julio, sin cambios respecto a junio y relativamente cerca del récord del 5,7% de marzo.
En julio, el BCE elevó su principal tipo de refinanciación en 25 puntos básicos, hasta el 4,25%, su nivel más alto en 22 años.
Por su parte, en China, la debilidad de la demanda interna y externa, así como la falta de inversión en el sector inmobiliario, siguieron lastrando la economía china en el segundo trimestre. El crecimiento del PIB fue del 0,8% en el 2T23, significativamente inferior al 2,2% del 1T23. Tras los recortes de las tasas de interés anunciados por el PBoC, el Gobierno central también ha declarado su intención de apoyar la demanda interna con medidas específicas. En conjunto, se mantiene una proyección de crecimiento para 2023 en el 4,6%, por debajo del suelo del 5% del objetivo oficial.
La inflación general china fue del -0,3% en julio, frente al 0,0% del mes anterior, ya que el coste de los alimentos cayó un 1,7%. Sin embargo, ajustado por los componentes volátiles, el crecimiento de los precios alcanzó el 0,8% interanual, frente al 0,4% del mes anterior. Aun así, aunque la inflación debería repuntar un poco a medida que se desvanezca el impacto de la elevada base del año pasado, no es probable que la debilidad de la demanda sostenga la inflación hasta su nivel a medio plazo.
La gran sorpresa la dio el Banco de Japón, que relajó su política de tipos de interés a corto plazo, reduciendo la banda del rendimiento a 10 años a una «referencia» en lugar de un «límite rígido» y afirmando que permitirá que el rendimiento supere el tope del 0,5% siempre que se mantenga por debajo del 1,0%.
En América Latina, la situación es similar a la del resto del mundo, con unas pequeñas diferencias en algunos indicadores. Colombia y chile mantienen tasas de interés altas con el fin de frenar la inflación que, en el caso colombiano es de 11,78%. El desempleo en el país es de 10,5 y la tasa de interés del Banco de la República 13,25%.
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