Julio del 2023 fue clasificado como el mes más caliente de la tierra. En medio de esta crisis, los esfuerzos por controlar el cambio climático no se hacen esperar. Como parte de estas iniciativas, han nacido los bonos verdes, un tipo de deuda que emiten organizaciones públicas y privadas para financiar exclusivamente proyectos verdes que cumplen ciertas características en relación con el medio ambiente. Sin embargo, es esencial establecer parámetros de estandarización y transparencia, que permita a los emisores honrar su “promesa de valor” y generar confianza a los inversionistas.
Los proyectos verdes incluyen activos, inversiones y otros gastos relacionados y de apoyo, que pueden estar relacionados con más de un objetivo medioambiental, como la prevención y control de la contaminación, la conservación de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático, entre otros. Las categorías elegibles de proyectos verdes incluyen, pero no se limitan a: energías renovables; eficiencia energética; prevención y control de la contaminación; gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra; conservación de la biodiversidad terrestre y acuática; transporte limpio; gestión sostenible del agua y de las aguas residuales; adaptación al cambio climático; productos, tecnologías de producción y procesos adaptados a la economía circular; productos ecoeficientes certificados; y edificios ecológicos que cumplan con las normas o certificaciones reconocidas regional, nacional o internacionalmente para rendimiento ambiental.
De acuerdo con Daniel Rodríguez, Socio de CMS Rodríguez-Azuero “las principales ventajas para la emisión y adquisición de bonos verdes es que implican beneficios reputacionales para el emisor. Los inversionistas cuentan con información disponible para la toma de decisiones, lo que permite el acceso a mercados especializados internacionales con tasas de interés que resultan mejores a las de los bonos tradicionales.”
Sumado a esto, es importante resaltar que existen cuatro principios de los bonos verdes que juegan un papel trascendental, teniendo en cuenta que apoyan a los emisores en la financiación de proyectos ambientalmente racionales y sostenibles para que fomenten una economía de cero emisiones netas y protejan el medio ambiente. Estos principios establecen el uso de los fondos, el proceso de evaluación y selección de proyectos, la gestión de fondos, y los informes de impacto.
Con base en lo anterior, la emisión que se haga en línea con estos principios proporciona credenciales verdes transparentes junto con una oportunidad de inversión. Adicionalmente, los principios de los bonos verdes actualizados a junio de 2021, proveen guías de procesos voluntarios que tienden a promover la transparencia y divulgación, y la integridad en el desarrollo de este mercado, al aclarar el enfoque desu emisión. Los principios recomiendan un proceso claro y una divulgación para los emisores que los inversores, bancos, suscriptores, organizadores, agentes de colocación y otros pueden utilizar para comprender las características de cualquier bono verde.
En cuanto a las instancias de emisión de bonos verdes, según la Bolsa de Valores de Colombia, desde el 2017 hasta el pasado marzo de 2023, en Colombia han existido seis: dos en 2017; uno en 2018; dos en 2020; y uno en 2022, y el principal sector que ha emitido bonos verdes es el sector Bancario (Bancoldex, Bancolombia, Banco Davivienda, Banco de Bogotá, Banco Finandina, principalmente) en relación con financiamientos de proyectos de eficiencia energética y energías renovables, así como otros proyectos con impactos ambientales positivos. Así mismo ocurre con el sector de la energía y en general la transición energética, en relación con la financiación de proyectos de construcción de infraestructuras de transmisión de energía eléctrica.
“Si bien la regulación sobre bonos verdes es escasa en Colombia, las normas, disposiciones y principios ambientales relacionados con los mismos, han aumentado exponencialmente durante los últimos años. El compromiso por ejercer acciones para disminuir las emisiones de Co2 y efectos del cambio climático, está directamente relacionado con el futuro financiero y operacional de las empresas en el mundo, y Colombia no es la excepción. El tema central de la regulación de los bonos verdes no debe estar enfocado principalmente en los proyectos, sino en la transparencia para el mercado sobre los mismos. Existen varios documentos y guías a nivel nacional en relación con las financiaciones verdes, las inversiones con características ambientales, sociales y de gobernanza, y los bonos verdes que pueden ser consultadas al considerar este tipo de proyectos”, concluyó Daniel Rodríguez.