Un centenar de mujeres cafeteras de varios municipios de los departamentos de Cundinamarca, Meta, Cesar y Magdalena están próximas a convertirse en exportadoras de su propio café. Este paso lo podrán dar, gracias a un programa de apoyo liderado por la Universidad Piloto y la Federación Nacional de Cafeteros.
Se trata de un trabajo iniciado en 2019 con mujeres rurales cafeteras, liderado por la profesora Mábel Manrique, quien asegura que el primer paso consistió en caracterizar a las productoras de grano. “Desde un principio, nuestra meta era hacer que el mundo las volteara a mirar, y se reconociera su capacidad, trabajo, dedicación, esfuerzo y conocimiento”.
“A partir de ahí vimos también la necesidad de apoyar a las mujeres y potenciarlas para desarrollar mejor ese negocio que ya tienen y fortalecerlo con una visión internacional”, afirma Andrés Mauricio Castro, Decano de Negocios Internacionales de la Unipiloto.
A partir de ahí, trabajamos en el suministro de asesoría con el fin de que dieran el salto de agricultoras a empresarias. El programa inició en la región del Alto Tequendama, en el Cundinamarca, y ha logrado extenderse a otras regiones del país, como los municipios de Lejanías y Mesetas en el departamento del Meta, así como el municipio de Pueblo Bello en el Departamento del Cesar , y la Sierra Nevada de Santa Marta, entre otros.
“El trabajo ha consistido en diseñar e implementar procesos y modelos de internacionalización para la exportación de microlotes de cafés especiales”, asegura Manrique.
Se han desarrollado varias estrategias, entre ellas el cultivo de cafés especiales, orientada a generar mayor valor a la producción de caficultores, teniendo en cuenta aspectos que son respaldados por los consumidores a nivel mundial, relacionados especialmente con producción amigable con el medio ambiente y con la sociedad.
Otro de los objetivos es aprovechar la calidad del café de Colombia por su sabor y aroma y su reconocimiento como marca a nivel internacional, así como el carácter de exclusividad que surge de la específica y detallada localización geográfica de su producción.
El proyecto logró la Certificación de Denominación de Origen e Indicación Geográfica, así como la aprobación de su registro de exportadoras de café por parte de Organization Sanderi, que agrupa a gran parte de la comunidad; y el Sello de Café de Colombia.
“Hoy podemos mostrar al mundo que con la disciplina, esfuerzo, acompañamiento y capacitación en temas de internacionalización y comercio exterior, estas Mujeres Rurales Cafeteras, quienes pronto inician con sus primeras exportaciones, están logrando hacer de este modelo de negocios su proyecto de vida”, concluye Manrique.