Los alimentos orgánicos certificados son más costos por varias razones, pero la más importante radica en que la productividad es inferior, pues al no recibir fertilizantes químicos, la cosechas de los cultivos denominados sanos, son inferiores. Esto hace que la oferta de productos orgánicos sea deficiente y, por ese motivo los precios son superiores.
No se trata de un problema menor. De hecho, la FAO se ha involucrado en la identificación de las causas del problema, es decir, en la explicación sobre por qué alimentarse sanamente sale más caro, si se supone que estos productos no usan insumos químicos tales como fertilizantes, insecticidas y plaguicidas, los cuales tienen un peso alto en los costosos de producción de los cultivos tradicionales.
De acuerdo con el organismo internacional, los costos de producción de los alimentos orgánicos también suelen ser más elevados porque requieren más mano de obra por unidad de producción, y porque la mayor diversidad de las empresas impide hacer economías de escala. Además, la manipulación postcosecha de cantidades relativamente reducidas de alimentos orgánicos tiene un costo más alto por la separación obligatoria de los productos orgánicos respecto de los ordinarios, especialmente durante la elaboración y el transporte.
Otro de los aspectos que encarecen los productos orgánicos radica en que la cadena de comercialización y distribución de los productos orgánicos es en cierta forma ineficiente y los costos son más elevados por tratarse de volúmenes relativamente pequeños.
Lo que el mundo espera es que en la medida en que aumenten la oferta y la demanda de alimentos y productos orgánicos, las innovaciones tecnológicas y las economías de escala disminuirán los costos de producción, elaboración, distribución y comercialización de los productos orgánicos.
Y es que, según la FAO, «los precios de los alimentos orgánicos no sólo comprenden el costo de producción, sino otra serie de factores que no quedan contenidos en los precios de los alimentos corrientes, por ejemplo:
«La promoción y protección del medio ambiente (y evitar futuros gastos para mitigar la contaminación). Por ejemplo, los precios más altos de los cultivos orgánicos comerciales compensan las pocas ganancias o periodos de rotación necesarios para enriquecer la fertilidad del suelo, mejorar el bienestar de los animales, eliminar riesgos para los agricultores por la manipulación inadecuada de plaguicidas (y eliminación de futuros gastos médicos), y propiciar el desarrollo rural a través de la creación de más empleos agrícolas y al asegurar un ingreso justo y suficiente para los productores.