El turismo, la industria, el comercio, el transporte urbano, terrestre y aéreo, la construcción de vivienda y de obras civiles, las ventas de productos fríos como agua, gaseosa, cerveza y helados, al igual que los fabricantes y comercializadores de aires acondicionados, están de plácemes por la llegada de El Niño, uno de los fenómenos naturales que más impactan a los seres humanos.
Y es que la temporada seca no solamente trae cosas malas sino una larga lista de beneficios para el desarrollo de un gran número de actividades. En efecto, además de los sectores ya mencionados, el turno es para los fabricantes de ropa de verano, protectores solares, sombreros y gorras, al igual que para quienes realizan trabajos al aire libre y practican actividades deportivas, entre otros.
Pero hay certeza de que el sector más favorecido será el turismo. En la temporada seca la gente sale a buscar playa, mar, piscinas, centros vacacionales, parques temáticos y de entretenimiento, y eso beneficia al transporte terrestre y aéreo, a los hoteles, los restaurantes y los centros de diversión.
Por eso, los empresarios del sector están preparándose para prestar el mejor servicio y aprovechar el incremento de la demanda que genera este largo periodo de lluvias escasas y temperaturas por encima del promedio de cada región. En definitiva, el fenómeno de El Niño le dará una mano al turismo en lo que resta del presente año.
Pero no solo el turismo se beneficiará con El Niño. La construcción de vivienda y la actividad edificadora en general, al igual que las obras civiles, serán otras de las grandes beneficiadas durante la larga temporada de días soleados que tendrá el país, según las autoridades meteorológicas.
La sequía permitirá el desarrollo normal de las obras, pues no se presentarán interrupciones por culpa de las lluvias, ni se afectará el secado de los materiales blandos usados en construcción y obras civiles.
Durante el periodo de sequía la Nación, los Departamentos y los Municipios podrán, a menor costo, hacer mantenimiento y reparación de vías primarias, secundarias y terciarias, así como construir nuevos caminos y puentes que permitan la salida de alimentos y materias primas agropecuarias a los centros de consumo.
De la misma manera, las empresas de acueducto y alcantarillado tendrán tiempo suficiente para limpiar las redes de las áreas urbanas, para que al regreso de las lluvias no haya problemas de taponamiento.
Todo esto será posible siempre y cuando la sequía no desemboque en un apagón o racionamiento energético, porque eso frenaría la economía, afectaría las tarifas y reduciría la actividad productiva. Si esto llegar a suceder, el golpe de El Niño será más fuerte que los beneficios. Un segundo impacto altamente negativo de la sequía es el que recibirán la producción y el abastecimiento de alimentos y de materias primas agropecuarias, ya que este sector depende en buena medida de la disponibilidad de agua. El Niño podría extender el periodo de carestía de los alimentos registrado en el primer semestre, y profundizar la política altas tasas de interés del Banco de la República.