En la maleta se conoce la aerolínea

La siguiente historia les sucede a diario a muchas personas en Colombia, y seguramente en varios países. Por esa razón, como director de este portal, considero importante que la gente conozca esta situación.

Medio millón de pesos cobró la aerolínea Latam por la maleta de un pasajero que compró un tiquete  para viajar entre Bogotá y Miami, un solo trayecto, y por el cual pagó 2 millones de pesos. El equipaje pesó 22 kilos  es decir que estaba dentro de los límites establecidos por la aerolínea.

En su interior, la maleta llevaba, algo de ropa, y productos colombianos para su familia en EE.UU., valorados en unos 400 mil pesos, es decir, que le hubiera salido mejor no llevar equipaje y estrenar ropa y maleta cuando llegara a Miami.

No se trataba de una maleta adicional, sino de su equipaje normal, pero el tiquete adquirido solo incluía maleta de mano, aunque el pasajero no se había percatado de eso. Sin embargo, un día antes de viajar, el pasajero hizo todo lo imposible por pagar anticipadamente, por Internet, el costo del transporte de esa maleta, cuando se dio cuenta que el pasaje adquirido solo incluía equipaje de mano. Sin embargo, fue imposible realizar el pago digital, razón por la cual tuvo que hacerlo al momento de chequearse, a las 4:00 am del viernes 30 de junio.

La impotencia fue peor cuando se dio cuenta que las aerolíneas de bajo costo cobran 30 dólares por cada maleta, es decir, alrededor de 130 mil pesos y no medio millón de pesos, como lo hace Latam.

¿Quién controla estos abusos? Las verdad, en Colombia nadie da razón.

Lo peor de todo es que hace un poco más de un año, pagué 80 dólares por Internet, por traer una maleta adicional entre Miami y Bogotá.

Cuando llegué a la ventanilla en esa ciudad estadounidense me dijeron que debía pagar 170 dólares porque la categoría económica de mi tiquete no me permitía acceder al precio de 80 dólares. Es más, no aceptaron pagar el excedente, sino que tuve que pagar los 170 dólares, y que en Bogotá me reembolsarían los 80 dólares que pagué por Internet.

Al llegar a Colombia hice la reclamación, y nunca me contestaron. El contact center siempre estaba ocupado.

Ahí les dejo la inquietud a los organismos de protección al consumidor.

Édmer Tovar Martínez, director de Economía en Serio, www.economiaconedmer.com

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