El próximo viernes 30 de junio podría cambiar de rumbo de la tendencia alcista de las tasas de interés del Banco de la República, iniciada en octubre de 2022, y que llevó los tipos de interés de 1,8% en ese mes, a 13,25% en la actualidad.
Aunque las opiniones están divididas respecto a lo que puede ser la decisión de los codirectores del Emisor, hay consenso entre los expertos en el sentido de que esta vez no habrá alza de tasas, por cuanto la inflación lleva un par de meses a la baja. En marzo pasado se encontraba en 13,34% y hoy se ubica el 12,36%.
Tal como lo han señalado el Gobierno, analistas, empresarios y académicos, lo que se espera es que, así como lo ha venido bajando la inflación, las tasas de interés entren en una fase de descenso, que alivie el costo del crédito y contribuya a reanimar la economía, cuya desaceleración es de tal magnitud, que el PIB de Colombia creció 7,5% en 2022 y este año se ubicará en un rango de apenas entre 1% y 2%.
El clamor de la baja en las tasas de interés no es solamente de los consumidores, sino de los empresarios de algunos sectores, especialmente los más as afectados por el encarecimiento del crédito, tales como constructores de vivienda, comerciantes y comercializadores de vehículos.
Quienes piden bajar las tasas de interés aseguran que esta medida es necesaria porque el alto costo del financiamiento también tiene un efecto inflacionario, en la medida en que si los precios bajan los productores pierden rentabilidad y, ante ello, optan por reducir la producción y los inventarios, lo que en el mediano plazo se traduce en menor oferta y repercute en un incremento de los precios al público.
Adicionalmente, está claro que la inflación de alimentos ha comenzado a ceder debido a la salida de las cosechas, aunque este fenómeno choca con las alzas de los precios de la gasolina decretados por el Gobierno.