Los ciudadanos comunes y corrientes no se salvarán de los ajustes en los precios del diésel, el combustible que más se utiliza en Colombia en el transporte de pasajeros y de carga. Esto significa que los transportadores tendrán que incrementar las tarifas para compensar el aumento de sus costos. En conclusión, al final de todo, el alza de los precios de los combustibles la pagarán los consumidores, por la vía de mayores tarifas.
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, le dijo a Caracol Radio, que el Gobierno ya está estudiando el porcentaje de alzas en los precios del biodiésel, los cuales han permanecido estables, para no presionar la inflación, “haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que las alzas en el diésel sean menos fuertes que las de la gasolina, pero está claro que es necesario empezar a subir sus precios”.
En lo que va corrido del año, el Gobierno ha Gobierno ha venido subiendo los precios de la gasolina, pero no los del diésel, con el argumento de que combustible refinado lo utilizan principalmente las personas que tienen vehículo particular, es decir, las de mayores ingresos o capacidad adquisitiva. Sin embargo, estos incrementos han impactado considerablemente el transporte en moto, cuyo vehículo es utilizado por personas de ingresos medios, y por trabajadores independientes o por cuenta propia.
Las cifras oficiales revelan que entre enero y junio, el galón de gasolina ha subido, en promedio, $2.600, lo que equivale a un incremento del 27%, mientras que la inflación anual, a abril pasado, se encontraba en 12,82%.
El ministro Bonilla también dijo que es posible que este año se incrementen las importaciones de gasolina, que hoy se encuentran en el 40% del total de la demanda doméstica, gracias a que la caída del dólar permite ingresar gasolina a menor precio.
En diversas oportunidades, el Gobierno ha explicado que las alzas en los combustibles tienen como objetivo frenar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de la Gasolina y el Diésel, el cual ronda los $26 billones.