Derechos humanos, en transición a economías bajas en carbono

La Guía Colombia, dedicada a la transición justa, incluye orientaciones prácticas para que las empresas, sin importar su tamaño o sector, puedan identificar, evitar, mitigar y reparar los impactos adversos que causen o contribuyan a causar sobre las personas y comunidades, con sus iniciativas de acción climática.

Se trata de la Guía de debida diligencia en derechos humanos en el ámbito del cambio climático y la transición justa, un instrumento con principios y lineamientos para que las empresas aseguren que sus medidas de acción climática se alinean con los más altos estándares en materia de empresas y DDHH. “Implementar una transición justa no solo es un imperativo ético y social, sino una estrategia esencial para asegurar la resiliencia, competitividad y sostenibilidad a largo plazo de los negocios”, dice María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), organización miembro de Guías Colombia y su Secretaría Técnica.  

Desde 2015, con el Acuerdo de París, las empresas han intensificado las acciones para combatir el cambio climático y avanzan en establecer objetivos de reducción de GEI, gobernanza climática y divulgación de estrategias de descarbonización. A nivel global, según Climate Action 100+, la mayor iniciativa de grupos de inversión y grandes empresas para la reducción de emisiones y la lucha contra el calentamiento global, el 77% de las empresas están comprometidas a lograr cero emisiones netas, el 93% cuenta con una junta directiva que supervisa los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático, y el 59% divulga las acciones de descarbonización que están tomando para alcanzar sus objetivos de reducción de GEI.

Sin embargo, solo el 3% de las empresas han desarrollado planes de transición justa consultando a sus grupos de interés, incluyendo a titulares de derechos, y solo el 5% de las juntas directivas de las empresas tienen las capacidades o competencias para evaluar y gestionar los riesgos en DDHH y las oportunidades relacionadas con el clima.

La Guía advierte que a pesar de que las acciones climáticas empresariales están bien intencionadas, pueden generar impactos adversos sobre los trabajadores e impactos desproporcionados en las comunidades más vulnerables. Por eso, en la medida en que más empresas implementen estrategias de cambio climático y de transición a economías bajas en carbono, es vital garantizar que este proceso no genere impactos negativos. De lo contrario, aumentarán los riesgos materiales, se perderá la confianza con los grupos de interés y aumentarán los costos, poniendo en riesgo el negocio.

La nueva Guía Colombia, que fue elaborada por quienes integran esta iniciativa, recibió el apoyo de expertos en transición justa, y cuenta con el respaldo de la OCDE y el proyecto CERALC, ya que está alineada a los principios de Conducta Empresarial Responsable (CER) y la transición ante el cambio climático, como lo establecen los estándares internacionales en la materia, incluyendo las líneas directrices de la OCDE.