Si alguien vende una ruana durante el próximo verano, ¿las felicitaciones hay que dársela al vendedor o al comprador? Esta pregunta, que parece estar en fuera de lugar, tiene preocupados a los productores de la insigne prenda boyacense fabricada en los municipios de Nobsa, Güicán, Iza y Pesca, entre otros. Ellos saben que su actividad recibirá buena parte del impacto negativo de la llegada del fenómeno de El Niño a Colombia, y puede «ponerse de ruana» la economía de sus pobladores.
Como todo indica que la extensa temporada seca golpeará en mayor intensidad a unos 200 municipios, sus efectos los sentirán también los fabricantes y comercializadores de abrigos e impermeables y hasta los grandes importadores de paraguas chinos y nacionales. Entre los damnificados figurarán industrias como las de bebidas calientes, bufandas, busos de lana y cuello tortuga, y piyamas de ‘abotonar en el dedo gordo del pie’.
Estos y otros negocios resultarán tan afectados como el de la generación de energía eléctrica hidráulica, es decir, en embalses, que incluso amenaza con un apagón nacional, ante la reducción de los niveles del agua almacenada y el incremento de las temperaturas, muy posiblemente hasta febrero de 2024.
Las huellas de las travesuras de El Niño dejarán un rastro que puede ser caótico en el sector agropecuario, donde la escasez de lluvias afectará la productividad del campo. Sin embargo, aunque el ‘paganini’ directo es el campesino, al final, la sequía se alojará en el bolsillo de los consumidores, quienes tendrán que pagar a mayor precio los lácteos, la carne de res y el pescado, los granos, las verduras y las frutas, entre otros alimentos. Esta situación impactará la inflación y la economía en general.
El Niño traerá dos riesgo adicionales bajo el brazo. Uno caliente y otro frío: los incendios forestales y las heladas. Arroyos, zanjones, humedales y quebradas pueden desaparecer y aumentarán los puentes donde no hay ríos.
Sin embargo, este fenómeno, caracterizado por las prolongadas sequías, tiene una larga lista de beneficiarios, liderada por los comercializadores y productores de helados, bloqueadores solares, cachuchas, sombreros, agua, cerveza, gaseosa, jugos, ventiladores y equipos de frío, entre otros productos, servicios, eventos y actividades al aire libre, que esperan hacer su agosto en los próximos 9 meses.
Uno de los sectores favorecidos será el de la infraestructura de vías, la construcción y la reparación de vivienda. La ausencia de lluvias constituye una oportunidad para generar empleo en toda la cadena.
El Niño se hospedará en el sector turístico, y se convertirá en su mejor aliado. Disminuirán los obstáculos de la operación aérea y el transporte por carretera, y los destinos de playa, piscina y centros vacacionales recobrarán los visitantes de otros tiempos. En esa lista está incluido hasta el paseo de olla.
En conclusión, aunque El Niño puede ser muy travieso, eso no significa que no venga con su pan bajo el brazo.