Empresas logran eficiencia y ahorros hasta del 40% en sus operaciones

Bogotá, abril 2 de 2025 – Mientras algunas empresas concentran sus esfuerzos en aumentar ingresos, otras han encontrado en la eficiencia operativa su mejor estrategia para fortalecer el margen de rentabilidad. Y dentro de ese enfoque, la tercerización de procesos de recursos humanos (RRHH) —como la liquidación de nómina, la contratación o la administración de beneficios— ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una palanca clave de competitividad.

“Hoy en Colombia, hablar de tercerización de RRHH no es una moda, es una necesidad. Hay empresas que están logrando ahorros que oscilan entre el 15 % y el 40 % anual, dependiendo del tamaño y nivel de madurez del área de talento humano que externalizan”, asegura Eduard Forero Benavidez, director general de Solutions & Payroll.

Los datos respaldan esta afirmación: estudios como los de Deloitte y The Hackett Group indican que externalizar la nómina puede reducir costos operativos entre un 25 % y un 40 %. En el caso colombiano, cifras de análisis sectoriales revelan que en empresas grandes (con más de 2.000 empleados), el ahorro puede llegar hasta el 50 %.

Pero los beneficios no son solo económicos. Al reducir errores en cálculos, evitar sanciones por pagos inexactos y liberar a los equipos internos de tareas operativas, las organizaciones también incrementan su productividad y reducen riesgos.

“La tercerización bien implementada no solo reduce costos, sino que profesionaliza procesos críticos. Es una herramienta para mejorar la trazabilidad, blindarse ante errores recurrentes y redistribuir capacidades internas hacia funciones de valor estratégico”, enfatiza Forero.

Un aspecto clave en esta tendencia es la adopción tecnológica. El uso de plataformas tipo Software as a Service (SaaS) para gestión de nómina y administración de personal ha multiplicado la eficiencia de los proveedores especializados, generando economías de escala que impactan directamente en el costo final para las empresas contratantes. Esta combinación —experticia más tecnología— es lo que ha permitido que empresas pequeñas y medianas también accedan a estos servicios, tradicionalmente reservados para grandes compañías.

“La democratización del outsourcing de RRHH es un fenómeno reciente. Hoy, una pyme con 100 empleados puede acceder a soluciones robustas que antes solo estaban disponibles para multinacionales, gracias al desarrollo tecnológico del sector”, sostiene el experto.

En este sentido, Forero resalta que el mayor error de muchas organizaciones es seguir considerando el área de recursos humanos como una función de soporte y no como un centro de impacto financiero para las compañías. “El retorno de inversión de tercerizar correctamente puede ser medido en cifras concretas: reducción de errores, menos litigios laborales, cumplimiento normativo y mayor foco en el core del negocio. Hemos visto empresas que, tras externalizar su operación de nómina, reportaron ahorros cercanos  al 20 % en el primer año, con mejoras también en el clima organizacional”, indica.

Sin embargo, el experto advierte que la tercerización no es una receta mágica y que el éxito del proceso depende de una implementación estructurada, con indicadores claros, análisis de riesgos y una relación transparente entre empresa y proveedor. “Esto no se trata solo de ahorrar. Se trata de transformar la gestión del talento para que sea más ágil, más inteligente y alineada a los desafíos del mercado actual. Las empresas que entiendan esto no solo sobrevivirán: liderarán”, concluye.

En medio de un entorno donde las empresas se ven presionadas por desafíos económicos, la necesidad de adaptarse a entornos híbridos de trabajo y la creciente exigencia regulatoria, la tercerización de procesos de recursos humanos se proyecta como una estrategia de eficiencia sostenible más que como una medida coyuntural. No se trata únicamente de delegar funciones, sino de repensar la arquitectura operativa del talento en las organizaciones. Quienes logren comprender este enfoque no solo optimizarán sus recursos, sino que estarán mejor posicionados para competir en un mercado cada vez más demandante, en el que la gestión del capital humano será, sin lugar a dudas, un factor diferenciador.