Bogotá, enero 10 de 2025. La intención del expresidente colombiano Andrés Pastrana y un grupo de sus colegas de otros países de América Latina, se quedó en lo que las personas sensatas tenían previsto: en un simple berrinche.
Igual sucedió con el ingenua amenaza de Edmundo González, legalmente elegido como presidente de Venezuela en octubre del año pasado, quien insistía en que este viernes viajaría desde Ciudad de Panamá a su país, para posesionarse como Presidente de la República.
Ninguno de ellos llegó a Caracas, como lo habían anunciado. Sus arranques de valentía no fue más que un pantallazo, pues se desinflaron con una sola frase de Diosdado Cabello: «Déjelos que vengan. Aquí los esperamos para ponerlos presos».
Era evidente que eso iba a suceder, como también estaba claro que a María Corina Machado la iban a capturar (secuestrar) y ahí terminaba todo el impulso de la oposición mundial y local contra el dictador, al menos por estos días.
En medio de tanta algarabía, Nicolás Maduro asumió la Presidencia de la República, como si nada, para su tercer periodo, es decir, hasta 2031. Mientras tanto, el mundo seguía ‘ladrándole al huracán’, y los venezolanos caían en otra gran desilusión, como sucedió el 1 de febrero de 2019, cuando el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, dijo que «a la dictadura de Venezuela le quedaban las horas contadas». Han pasado cinco años, y primero se fue Duque que Maduro.
Me imagino al dictador muerto de la risa de ver cómo la gran mayoría de gobernantes del mundo piden su salida, pero él sigue campante, porque así se lo permite la Constitución que él mismo reformó a su medida.
«Edmundo Ordena desconocer a Maduro como presidente». Esa frase no es más que un chiste para el sucesor de Hugo Chávez y su combo.
No es posible que gobernantes, políticos y líderes sigan siendo tan ingenuos lanzando ‘abajos’ contra el dictador, y los venezolanos, que son los directamente perjudicados, no hagan nada por recuperar la democracia en su país. Su única decisión es irse de Venezuela a engrosar la lista de migrantes.
La verdad es que a punta de votos no será posible desmontar la dictadura. Para ello se necesita presión diaria en las puertas de Miraflores, como ha sucedido en las naciones donde dictadores del mismo estilo de Maduro, han tenido que salir volados, porque la gente los saca corriendo, sin hacer ni un solo disparo.
Mientras esto sucede, el mundo seguirá diciéndole a Maduro y a Cabello la verdad en su cara, pero ellos, ni se sonrojan, y mucho menos dejarán de aplicar sus artimañas para seguir en el poder, no importa que en las urnas sean una minoría. Igualmente, la recompensa de 25 millones de dólares ofrecida por Donald Trump a quien entregue a Nicolas Maduro, no deja de ser apenas un buen tema para que pululen los memes en las redes sociales.
Estoy seguro de que muchos venezolanos quedaron aún más tristes este viernes, cuando María Corina, soltó la siguiente frase, con un evidente rostro de impotencia: «Edmundo vendrá a juramentarse como Presidente en el momento correcto».
Habrá que seguir esperando que los venezolanos, incluido su presidente elegido legalmente, muestren el perrenque que le sobra a la señora Machado. No hay de otra.