Los sindicatos también chocan con el Gobierno del presidente Petro

En abril de 2023, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, le echó la policía al Sindicato de Trabajadores de ese Ministerio, porque éstos se tomaron la entidad para pedir que se negociara el pliego de condiciones presentado por sus trabajadores.

El 23 de octubre, la Unión Sindical Obrera (USO), el sindicato más fuerte de Ecopetrol, le hizo un duro llamado al Gobierno y a la petrolera para que no reduzca la inversión en la exploración y producción para el 2024.

Estos son apenas dos ejemplos de los brotes de inconformismo de las organizaciones sindicales con la administración del presidente Gustavo Petro, a quien apoyaron incondicionalmente en su elección como mandatario de los colombianos para el periodo 2022-2026.

Aunque las organizaciones sindicales se habían convertido en protagonistas de las grandes las protestas contra los diferentes gobiernos en los últimos 10 años, se suponía que esto no iba a pasar en la actual administración. Sin embargo, a las manifestaciones de inconformismo de los sindicatos del Mintrabajo y de Ecopetrol, se sumaron protestas del Sintrasena, el sindicato de empleados del Invima y de la Unidad Nacional de Protección (Sinproseg), entre otros.

En casa de herrero

En su momento los empleados del Ministerio de Trabajo dijeron: “En casa de herrero, azadón de palo’’.  

Esta afirmación encaja en el propio comportamiento de las organizaciones sindicales. Los sindicatos no han protestado por la inflación, las altas tasas de interés, el incremento del 30% en los precios de la gasolina, al igual que las alzas en las tarifas de energía y la inseguridad ciudadana.

Vale la pena recordar que, en años anteriores, por medidas o situaciones de menor impacto, se realizaron varias protestas nacionales de gran trascendencia, durante los gobiernos del presidente Juan Manuel Santos e Iván Duque.

En la administración de Santos se realizaron 26 paros nacionales, entre ellos el Paro Nacional Agrario de septiembre de 2013. En 2021, en el Gobierno del presidente Iván Duque, se produjo el denominado “estallido social”.

Estas manifestaciones se registraron a pesar de que la inflación y las tasas de interés estaban en el nivel más bajo de la historia del país, la economía mantenía un importante de crecimiento, la pobreza cayó por debajo del 30% y la mayoría de los indicadores económicos y sociales eran positivos.

Las protestas pusieron al país en una situación difícil, porque, además de los muertos y los heridos, se causaron graves daños a los bienes públicos y a la propiedad privada.

En año y medio del Gobierno del presidente Petro, las protestas han disminuido, más no las acciones contra la propiedad privada, especialmente la invasión de predios urbanos y rurales, así como el ataque a cultivos de caña y fincas ganaderas.

En otras palabras, pese al inconformismo expresado por algunos sindicatos, el Gobierno mantiene vigente el respaldo de las organizaciones de trabajadores, aunque la economía no atraviese por un buen momento, y el impacto sobre el bolsillo de los hogares sea de gran magnitud.

Aun así, las decisiones tomadas por el Gobierno han generado tal desgaste que, hasta sus propias bases políticas, han protestado o están inconformes con sus decisiones. De hecho, no fue bien recibida la noticia del incremento del 12% del salario mínimo del 2024, porque ellos pidieron un ajuste del 18%.